Como un cambio de filosofía y de actitud del Estado mexicano hacia el individuo, fue calificada la reciente reforma constitucional en materia de derechos humanos, por el reconocido jurista José Luis Soberanes Fernández, en conferencia magistral ofrecida a la comunidad académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima; esto durante las actividades conmemorativas por el 30 aniversario del Instituto Universitario de Investigaciones Jurídicas (IUIJ).
En esta conferencia, a la que asistió también el rector de la UdeC, Miguel Ángel Aguayo López, el ex presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos dijo que la más reciente es una reforma con la que México avanza como sociedad democrática, pero de igual forma expresó su reserva, al manifestar que se trata de una reforma inconclusa que presenta algunos aspectos de su contenido para resolverse en el futuro.
Soberanes Fernández explicó que la constitución habla de derechos y garantías, y una de las modificaciones que se puede ver en esta reforma es la relativa al uso de la terminología de garantías individuales hacia derechos humanos, que va a representar un cambio enorme en textos, programas y libros sobre esta materia; “las garantías individuales deben ser otorgadas por la constitución; en cambio, los derechos humanos son reconocidos por la constitución”.
En este sentido, puntualizó que dicho cambio se refiere a la actitud del estado frente al individuo, pues reconoce que todos nacemos con ciertos derechos que representan nuestro patrimonio ético por el simple hecho de nacer, independientemente de nuestro sexo, color de piel o ideología, mientras que las garantías constitucionales son los instrumentos procesales que la propia constitución establece para hacer efectivos esos derechos.
El también investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM señaló que esta postura filosófica de la nueva reforma retoma la idea y el espíritu del ilustre jurista austriaco Hans Kelsen, quien participó en la formación de la constitución austriaca de 1920 y que definió por primera vez el concepto de los derechos y sus garantías; “los derechos como patrimonio objetivo y las garantías, los instrumentos para hacerlos efectivos”.
Otro aspecto importante resaltado por el conferencista se relaciona con el papel de los derechos humanos en los tratados internacionales, por lo que remontó su reflexión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos creada en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas como un instrumento conciliador en las relaciones internacionales ante la barbarie de la segunda guerra mundial, “porque en la medida que los estados y las naciones reconocieran los derechos fundamentales, en esta medida se estaría previniendo una posible tercera guerra mundial”.
En este sentido señaló que se trata de un documento tan importante que es referente obligado y necesario en cualquier reflexión relativa a los derechos humanos, y a partir del cual se han venido desarrollando una serie de tratados obligatorios. Muchos de ellos, añadió, han sido suscritos y reconocidos por el estado mexicano, por lo que adquieren calidad de ley.
El jurista enfatizó que, aunque los tratados internacionales tengan fuerza obligatoria en países como el nuestro, esto no se traduce en la realidad, ya que en muchas ocasiones se desconocen y los propios tribunales no les dan su valor.
“En la reforma constitucional que hoy comentamos se dice que se pueden interponer acciones de inconstitucionalidad por violación a tratados de derechos humanos. Ahora los tratados internacionales en materia de derechos humanos son parte de nuestra constitución, y éste es uno de nuestros grandes avances”.
