FUTUREANDO

¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ 

Intriga siempre el futuro e intentar anticiparlo es una pretensión humana ancestral. Hoy día convivimos con sesudos análisis estadísticos que nos proveen de regresiones lineales que nos pronostican patrones, índices, escenarios y también, horóscopos, runas, barajas, que nos predicen el destino.

Hay gurús que nos pautan el futuro de la sociedad y la tecnología y también gurús que prevén desastres naturales, muertes de los famosos, hasta resultados deportivos.

La política y su porvenir no escapa de estas especulaciones.

Para efecto del análisis posterior, vamos a redondear cifras. El padrón electoral en nuestro estado registra un poco más de 530 mil votantes. En las elecciones 2018, con algo arriba del 62% de participación, se contabilizaron piquito más de 333 mil sufragios. Supongamos que esta tendencia se mantuviera para las elecciones 2021. Pensemos que la candidatura más peleada, por creerla la más importante, será de la gubernatura.

Pensemos en la configuración que se vislumbra de posibilidades con una intención que vaya a proponer opciones fuera de lo testimonial.

Indudablemente MORENA, seguidos del PRI, PAN, PVEM, MC, PT y claro está, los nuevos Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Social, México Libre y Fuerza Social Por México.

Quienes en la elección pasada se guiaron por MORENA, tendrán 5 alternativas más, que son afines al actual presidente y que seguirían intentando representar los intereses de esa base electoral que busca un cambio profundo en las formas y fondos del actuar público en el país, es decir, 6 opciones para dividir lo que hoy consideran su voto duro, que fue de casi el 40%. El resto de los partidos y otras opciones marginales, consiguieron el restante 60, que vistos en votos fueron, para los primeros, algo así como 130 mil y para los demás 200 mil.

Con este ir y venir de números, la posibilidad existe, de que quien encabece el poder ejecutivo el próximo sexenio sea quien se lleve un 20-25% de las preferencias, es decir, mediando, 70 mil votos. Algo inédito, casi inaudito. Pero es real.

Y me pregunto, el susodicho personaje ¿será capaz de comprenderlo? Y no hablo de la estrategia electoral que deba seguir. Hablo de la enorme responsabilidad que representará gobernar con un 80% de rechazo electoral. Supongo que en la euforia de la competencia será un “ya veremos después”. Responsabilidad social será que no lo olviden y que trabajen en consecuencia. Esta vez, como nunca, no va a ser suficiente con creérsela.

Hoy hay quien con más del 50% de los votos y más del 50% de aprobación, en su camino, cada vez con mayor frecuencia, encuentra los abucheos.