Estudiantes desaparecidos en Tonalá, fueron asesinados y disueltos en ácido

Javier Salomón, Marco Francisco y Jesús Daniel, estudiantes de cine desaparecidos en Jalisco

Jalisco.- Jesús Daniel Díaz García, Marco Francisco García Ávalos, y José Salomón Aceves Gastelum, estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales, desaparecidos desde el 19 de marzo; fueron privados de la libertad, interrogados, torturados y disueltos sus cadáveres.

Lo anterior fue informado por la Fiscalía General de Jalisco en rueda de prensa, al dar a conocer los avances en las investigaciones sobre estos hechos.

“Todos los indicios recabados hasta el momento son múltiples, graves, concordantes y unívocos”, dijo el fiscal Raúl Sánchez Jiménez.

Las conclusiones de estos hechos se generaron por la utilización de métodos científicos y las declaraciones de los procesados.

Aclaró que las investigaciones aún no han sido concluidas, se está trabajando para que salga a la luz toda la verdad.

“La información es dolorosa para las familias de estos jóvenes, quienes enfrentan una situación irreparable; nuestro apoyo solidario y compromiso con ellos, con quienes hemos tenido contacto directo desde el momento en que se conocieron estos hechos”.

Refirió que las investigaciones llevaron a la detención de dos personas, Gerardo “N” y Omar “N” por su probable participación en los hechos, por lo que ya fueron vinculados a proceso la madrugada del 22 de abril por el delito de secuestro agravado; se les vincula al Cártel Jalisco Nueva Generación.

Se pidió como medida cautelar, prisión preventiva por dos años y un periodo máximo de seis meses para el cierre de investigación complementario. Hay seis órdenes de aprehensión más.

Presentaron un video con una línea de tiempo de los hechos, hallazgos y elementos de prueba. Se menciona que hay participación de al menos ocho personas, de las cuales se capturó a dos.

Refieren una casa denominada uno, La Cabaña, utilizada por los estudiantes para hacer sus tareas escolares, una casa de seguridad utilizada por un grupo antagónico de la delincuencia organizada.

En ese domicilio, en 2015 fue detenido Diego Gabriel Mejía, actualmente interno en el Reclusorio Metropolitano de Guadalajara, también fueron detenidas cinco personas más, parte de un grupo encabezado por “El Cholo”.

En esa ocasión se decomisaron drogas y un arsenal de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército. El inmueble era propiedad de Diego Gabriel, quien usó testaferros, entre ellos a su suegra.

Además refieren que la tía de uno de los estudiantes, afirmó ser dueña de esa casa, por ello los estudiantes la utilizaban para hacer tareas.

Diego es pareja sentimental de una persona que se dedica a administrar estéticas masculinas donde se ejerce la prostitución, algunos de estos negocios fueron administrados por la tía de los estudiantes.

Se refiere que en 2017 fueron vistos vehículos con personas armadas.

“Con esto se concluye que sin saberlo, los estudiantes estuvieron en un lugar de grave riesgo, vigilados por una célula delictiva del CNGJ, contrario al Cártel Nueva Plaza, al que pertenecen Diego y El Cholo”.

Los hechos en contra de los estudiantes se ejecutaron en otros tres lugares: el lugar donde fueron privados de la libertad; una casa en la calle Lechuza, utilizada como lugar de cautiverio, interrogatorio y tortura que pertenece a Juan Carlos “N” apodado “El Calzón, ubicada en la colonia Pinar de las Palomas en Tonalá; otra vivienda en la calle Amapola, utilizada para la disolución de cadáveres.

Se menciona que las tres víctimas junto con un cuarto compañero de la universidad y otras tres jóvenes habían estado grabando un video para sus actividades escolares en la casa denominada La Cabaña, cuando salieron, se detuvieron por una falla mecánica en uno de sus autos, fueron interceptados en la Av. Nuevo Periférico Oriente entre los kilómetros 19 y 20 en dirección de norte a sur, frente al fraccionamiento Colinas de Tonalá.

Seis sujetos armados que se transportaban en dos camionetas fueron los que perpetraron la detención. Los agresores ordenaron que se tiraran al piso, amagando a Salomón Aceves y Marco García, llevándolos a una camioneta tinta; y más tarde bajaron del auto Daniel Díaz para llevarlo a la misma unidad. Uno de los agresores realizó un disparo al aire.

En los operativos de investigación se localizaron conchas apócrifas de la PGR así como uniformes y armas (una de ellas la utilizada para el disparo al aire), lo que explica las versiones de que los estudiantes habían sido detenidos por las autoridades. También encontraron restos de sangre de uno de los estudiantes.

La Fiscalía señaló que en la casa de la calle Amapola en la colonia Prados de Coyula en Tonalá, fueron encontradas armas de utilería, y 46 bidones de 56 litros de ácido sulfúrico, tres tinacos con restos de esta sustancia que es utilizada frecuentemente por las bandas delictivas para la disolución de cadáveres. Por eso se presume que ahí pudieron ser diluidos los cuerpos por muestras biológicas localizados.

Los procesados confirmaron los hechos: el interrogatorio a golpes a Javier Salomón para que diera a conocer información sobre el paradero de Diego Mejía; la ejecución de los estudiantes en la casa Lechuza; y su traslado a la localizada en Amapola donde fueron disueltos sus cuerpos para destruir evidencia.

Se menciona que no existe evidencia de que los estudiantes estuvieran vinculados con algún grupo delictivo.

Se destacó la participación de elementos de distintas áreas de la Fiscalía General del Estado de Jalisco, como inteligencia, Policía Ministerial, Policía Estatal, Agentes de la Unidad Antisecuestros, Homicidios Intencionales, Fiscalía de Desaparecidos y Derechos Humanos.

Así como personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y la Policía Científica de la Policía Federal; ademas de organizaciones civiles.

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