“Estoy en una situación muy peligrosa”, afirma disidente chino

El activista chino Chen Guangcheng, en el centro de una crisis diplomática entre China y Estados Unidos, dijo hoy a Notimex por teléfono que “está en una situación muy peligrosa” y aseguró que las autoridades chinas impiden a los funcionarios estadunidenses visitarle en el hospital de Pekín donde se encuentra.

“Desde hace dos días los funcionarios estadunidenses tratan de visitarme y se les impide. Algunos de mis amigos vinieron a verme y les apalizaron. Vemos a mucha gente extraña en el hospital y, cuando salimos de la habitación, nos graban con videocámaras y nos siguen”, explicó Chen en una de las dos conversaciones telefónicas que mantuvo hoy con Notimex.

“He tratado de llamar por teléfono con la embajada estadunidense, pero las llamadas son interrumpidas cada vez que logro comunicarme. Estamos siendo vigilados”, agregó el disidente, desde el Hospital Chaoyang de Pekín, donde Notimex comprobó que la policía ha bloqueado los accesos a la prensa.

En una conversación anterior con Chen durante la mañana de este viernes en la que el abogado invidente se mostró menos alarmado, explicó a la agencia que su deseo es “ir a Estados Unidos para recibir tratamiento médico”.

“No sé si me quedaré allí o si volveré. El gobierno chino dijo que garantizaría mis derechos civiles. Si eso es así, iré a Estados Unidos y volveré. Pero no sé si mantendrán su promesa”, dijo Chen, que decidió salir de la embajada de Estados Unidos el miércoles tras pasar seis días allí refugiado.

El ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo este viernes en un comunicado que Chen puede someter su solicitud para estudiar en el extranjero, aunque no garantizó que su aplicación vaya a ser aprobada.

“Chen Guangcheng está ahora en el hospital. Si quiere ir al extranjero a estudiar, puede someter su aplicación en los departamentos correspondientes a través del procedimiento normal, como cualquier otro ciudadano chino”, dijo el portavoz de la cancillería, Liu Weimin.

La crisis diplomática abierta entre China y Estados Unidos por el ‘caso Chen’ se agudizó después de que el abogado, tras salir “por su propia voluntad” de la legación estadunidense, dijera que quiere emigrar a Estados Unidos porque no se siente seguro en su país, contrariamente a su voluntad inicial de quedarse en China.

Al parecer, la razón de este cambio de parecer se debe a las amenazas recibidas por el entorno de Chen, en especial su mujer, quien aseguró que pasó dos días atada a una silla y recibió amenazas de oficiales después de que su esposo lograra escapar el 22 de abril al régimen de detención residencial.

Chen explicó hoy a esta agencia que las autoridades chinas han maltratado físicamente al abogado activista y defensor de los derechos humanos Jiang Tianyong después de que éste le visitara en el hospital, ocasionándole heridas en su oído que le impiden escuchar con normalidad.

Estados Unidos, que permitió la salida de Chen de su embajada porque era la voluntad expresa de éste, dijo ayer que está negociando con China una salida al conflicto, que se ha visto agravado por la presencia de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en Pekín.

Clinton se encuentra en Pekín junto al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, para las negociaciones en el marco del Diálogo Económico y Estratégico China-Estados Unidos.

La jefa de la diplomacia de Estados Unidos se reunió con la cúpula china, incluyendo al presidente Hu Jintao y al primer ministro Wen Jiabao, considerado por algunos como uno de los funcionarios más reformistas.

Las organizaciones de derechos humanos, activistas chinos y el probable rival del presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre, el republicano Mitt Romney, han criticado la gestión estadunidense de esta crisis.

Calificaron de “naif” la postura de los funcionarios estadunidenses respecto al acuerdo verbal concluido con las autoridades chinas sobre el futuro de Chen, condenado en el pasado a 51 meses de prisión por alterar el orden público.

Chen se había convertido en una de las figuras más incómodas para Pekín después de que llevara ante los tribunales las esterilizaciones y los abortos forzados de madres de hasta ocho meses cometidos por las autoridades del Partido Comunista en su provincia, lo que hizo que desde septiembre de 2010 y hasta su huida la semana pasada estuviera en régimen de detención residencial extrajudicial.

Con información de Notimex

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