¿Está usted dispuesto a romper el pacto?

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA 

Candidato Fernando Larrazábal:

Agradezco la invitación, pero hoy no vengo a ser escuchada yo. Acepté con gusto ante la posibilidad de que escuche a aquellas que no tienen voz. Por las que sus voces han sido calladas ante el maltrato de sus parejas o a manos de criminales, por aquellas desaparecidas y que el gobierno y la sociedad han condenado a la violencia a través de la impunidad e indiferencia.

México se ha convertido en un país de riesgo para ser mujer. Desde temprana edad somos objeto de acoso, abuso sexual y violencia en el que cada día es una hazaña no formar parte de las estadísticas o que las mujeres de nuestro entorno no lo sean.

Entre enero de 2018 y diciembre de 2020 fueron asesinadas 11 mil 217 mujeres en México; además, en el mismo periodo se presentaron 150 mil 716 denuncias por delitos sexuales, de las cuales 49 mil 195 fueron por violación, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En 2019, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos alertó sobre las más de 9 mil mujeres desaparecidas en México. Asimismo, de acuerdo con el Resumen Ejecutivo Fecundidad en Niñas y Adolescentes de 10 a 14 años en los últimos 26 años, los nacimientos en niñas y adolescentes en este rango han aumentado sostenidamente. Por lo demás la crisis generada por la pandemia del Covid-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en el país, pues dejó al descubierto las contrataciones sin garantías y seguridad social.

Y Nuevo León no es un oasis. Si se considera la población total estatal en relación con la incidencia nos encontramos en el top 3 de las tasas más altas de feminicidios al igual que en el de violencia doméstica. En lo laboral, si bien somos de los estados con una menor brecha salarial, ésta sigue presente: trabajamos más y ganamos menos.

Usted ha decidido escucharnos. Cómo académica, como mujer en aulas universitarias, siento responsabilidad por mis alumnas, por aquellas que vienen atrás de nosotras. Sigo creyendo que el cauce democrático y las vías institucionales son los adecuados para lograr el cambio que urge en nuestra sociedad, pero en un país donde, de acuerdo con estudios, la impunidad relacionada con violencia sexual y de género ronda hasta el 97 por ciento, es cada día más difícil convencer a las nuevas generaciones en creer.

Pero yo le pido algo más que escucharnos. Queremos certezas, queremos resultados. No queremos ser banderas electorales, no queremos grandes promesas sino igualdad sustantiva y cero impunidades.

Queremos una sociedad donde se nos incluya por igual, donde los expedientes de feminicidios no se queden rezagados en oficinas y las de desaparecidas no se atoren en embrollos burocráticos. Donde las jefas de familia cuenten con garantías laborales y no haya madres adolescentes sin oportunidades para su futuro, que las universitarias estén seguras en las aulas y las obreras en sus sitios de trabajo. Donde podamos trasladarnos en las calles, en el transporte público sin miedo. Pero sobre todo, donde ninguna niña termine su vida en algún terreno baldío o en contenedor de basura.

Gracias por su disposición a escuchar, a pesar de que no vine a endulzar el oído sino a hacer notar la violencia estructural que se ha normalizado y muchos prefieren cerrar los ojos ante ella. Hoy queremos un gobierno que tome acciones ante este panorama. Reitero: no queremos grandes promesas de campaña, pero sí resultados. El balón está del lado de las autoridades. La pregunta es si usted está dispuesto a romper el pacto.

Texto leído en evento para conmemorar el Día de la Mujer convocado por el equipo de Campaña de Ing. Fernando Larrazabal, candidato a la gubernatura por el estado de Nuevo León por el Partido Acción Nacional.

 

 

Columna publicada con la autorización de @saraiarriozola