Por Edgar Cazares
*El pasado fin de semana se llevaron a cabo los registros de candidatos a la alcaldía de Manzanillo ante el consejo municipal electoral y en los respectivos eventos se pudo constatar quienes serán protagonistas de tal proceso y quienes serán meros comparsas.
Para ser sinceros la contienda parece que será entre dos: (primero las damas) la alcaldesa con licencia Griselda (sí, esa que se inventa molinos de vientos para satisfacer su diario deseo de pelear) y el aspirante de la coalición Va X Colima, Jorge Luis Preciado.
El registro de este último fue particularmente llamativo no solo por la cantidad de simpatizantes que convocó sino por las figuras que hizo concurrir. Bueno, hasta el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, se dio cita antes, durante y después de la fiesta cívica que este acto propició. Y no es exagerar: aquello, en el buen sentid de la palabra, pareció más bien un carnaval.
Ciertamente las cantidades en los registros, recibimientos o mitines no pueden marcar una tendencia definitiva en la carrera electoral. Ya se ha visto en otras contiendas que hay candidatos que llenan todos sus eventos (resultado del acarreo, la coerción, la presión, entre otras) pero que al momento de la elección se ven rebasados por otros con campañas más discretas.
Un factor que quizá siembre mucha esperanza a la campaña de Preciado Rodríguez fue la animosidad que se vio entre quienes se dieron cita en su registro. A mí en lo particular me parecieron sumamente espontáneas las muestras de entusiasmo de quienes creen en ese proyecto y estuvieron ahí, junto con su favorito, pese a los muchos riesgos.
No se debe dejar de lado que la mandataria porteña con licencia tiene lo suyo: seguramente recibirá el respaldo fervoroso de sus trabajadores, de un sindicato local y de la gente que confía ciegamente en el amloísmo y que ven en ella una representante genuina de la 4T (aunque esto último está por verse). El denominado voto masivo pues que en el 2018 se convirtió en un tsunami electoral que arrasó con todo.
Si a eso agregamos que la aspirante que busca la reelección trae como 20 votos seguros de quienes la custodian pues entonces tenemos a una contrincante a tomar en cuenta.
Es decir da la impresión que la competencia, que se antoja desde ya sumamente reñida, será entre 2. Y al final me parece bueno que el electorado tenga de donde escoger. Que sea pues la misma población la que decida. Y ojalá que la decisión en las urnas proceda de la razón y no del corazón.
*Por cierto, y es pregunta, ¿Griselda seguirá trayendo en su campaña el multitudinario aparato de seguridad que la ha venido acompañando en sus 2 últimos años y medio en el poder? cuando menos en su registro así se vio. Y es un número de guaruras que ni Obama trae.
*Fuerza por México es un partido que nació sin ángel y parece haber dado sus primeros pasos con tenis puesto que poco ruido hace. Salvo los intentos de su candidata a gobernadora, Claudia Yáñez, no se ve quién más pueda ayudar a que el partido consiga su objetivo primordial: conservar el registro.
Y para colmo pareciera que en las diferentes localidades se han designado a gente cercana (por aquello del amiguismo y compadrazgos) de la propia diputada federal. Por ejemplo en el caso de Manzanillo han presentado perfiles exitosos en el ámbito empresarial pero que seguramente le generarán muy poca simpatía en el tema electoral.
Es el caso, por citar solo uno, de su candidata a la alcaldía porteña quien no es precisamente un dechado de simpatía y que, para colmo de males, en el trabajo que venía ejerciendo en el ámbito del comercio internacional, en la localidad, siempre se mostró intratable (por decir lo menos).
Alguien debió haber avisado a quienes decidieron las candidaturas de este novel partido que de lo que se trata es poner a gente en las candidaturas que conecten con la raza, con las masas, y no que generen antipatía a primera vista.
Pero bueno en su salud (y registro) lo hallarán. Esa ausencia de carisma arrollador entre sus abanderados siembran negros nubarrones en el panorama de Fuerza por México.
APUNTES DESDE LA COSTA
*La semana santa 2021 fue un éxito tomando en cuenta que en el 2020 con el inicio de la pandemia éste no pudo llevarse a cabo.
Y el análisis debe hacerse bajo varias aristas: la primera es que sin duda debe generar beneplácito que por fin el sector turístico vio la luz (aunque no es el final del túnel) tras varios meses de cifras raquíticas y de números rojos.
Hubo el suficiente número de visitantes para que hoteleros y restauranteros aspiren por primera vez en 12 meses a derrama económica.
Fue tal la cantidad de visitantes (sin que se abarrotara la localidad) que hubo de todo y para todos los empresarios. Y en lo personal me da gusto porque vi la tremenda recesión que estos padecieron. Porque, insisto, estos 12 últimos meses han sido para el ramo temporada de vacas ya no digamos flacas sino famélicas. Así que ese es el factor a destacar.
Por otro lado debemos estar todos atentos a las consecuencias en salud que las aglomeraciones traerán (incluidas por cierto la de los registros electorales): uno de los principales caldos de cultivo de este padecimiento es precisamente el hacinamiento, las aglomeraciones y la falta de cuidados.
En ese sentido me limitaré a decir: Dios nos agarre confesados. Pero no adelantemos vísperas. Vivamos el hoy. Ya mañana Dios dirá.
Gracias por su fina atención. Comentarios a edgar.cazares.afmedios@gmail.com
