ENTRE EL PAN Y EL CAFÉ

* Día de los Inocentes * Falsas noticias y sueños guajiros

* El despertar a la triste realidad

Por: Pepe Naranjo

Ande usted a las vivas y con mucho cuidado hoy lunes, amigo lector, no se crea de todo lo que lea o escuche, de lo que le platiquen y menos vaya a caer por confiado en la trampa que familiares, amigos o conocidos le puedan tender y recuerde que es 28 de diciembre, nada menos que el “Día de los Santos Inocentes”, pues precisamente por inocente, ingenuo o pen…sativo, le pueden pedir prestado y bajar una lanita.

Se lo advierto también para que no crea las supuestas noticias que como cada año en este día, presentan algunos medios de comunicación: prensa escrita, radio, televisión y ahora también en internet, y que luego terminan con aquella trillada frase de “inocente palomita que te dejaste engañar”, pues como lo señaló en su columna de ayer mi amigo Rafael Tortajada, es una libertad que se dan los agentes mediáticos por una sola vez al año para dar rienda suelta a su sentido del humor y engañar al lector desprevenido.

Así pues, no haga caso si hoy lee en los periódicos o escucha en noticieros de radio y televisión, que se acabó la crisis económica, que autorizaron un aumento salarial, que bajó el precio del gas, la gasolina, la luz y el agua; que los legisladores eliminaron algún impuesto, o que Javier Aguirre renunció a la Selección Mexicana para dirigir al Barcelona y Pelé aceptó ser el nuevo técnico para dirigir al Tri en el Mundial del 2010.

Tampoco se crea si le cuentan que en va a descenso la inseguridad y la violencia, que se está ganando la lucha contra el narcotráfico y que se generaron tantos más cuantos empleos durante el año que está por fenecer, que terminó la emergencia y está controlada la influenza y el dengue, pues lamentablemente todos son -por desgracia-, puros sueños guajiros.

Lo cierto es que (a contra-corriente de lo que aseguran las diferentes autoridades) la crisis económica y financiera sigue igual o más dura que hace un mes o un año, y el número de pobres, pobres más pobres, y pobres al extremo en nuestro país, aumenta día con día, en lo que parece una estrepitosa caída libre sin límite de tiempo. Que mejorará la economía en el 2010, parece más un buen deseo que una posibilidad real.

De los tan esperados aumentos salariales ni qué decir, pues resultan tan irrisorios como indignantes, ya que cuando se anuncia el magro incremento, éste ya fue literalmente pulverizado por la inflación y lo incesantes aumentos –estos sí- a los precios de todos los productos, sean de la llamada “canasta básica” o de los artículos, accesorios y servicios tan necesarios e igualmente consumidos. Que bajen costos de gasolina, luz o agua, ni lo sueñe usted, “¿pos-pa-qué?”, como decía Filemón.

LA TRISTE REALIDAD

Sobre la inseguridad, la violencia y la lucha contra el narco, los hechos y las cifras que a diario se registran, aquí, allá y acullá, son tan contundentes, que no hay manera de tapar el sol con un dedo ni convencer a la población de que cada día los hechos de sangre son más frecuentes.

Basta abrir el periódico o escuchar los noticieros en radio y televisión, para corroborar el alarmante aumento en homicidios, atentados, balaceras, violaciones, secuestros, estafas, robos a mano armada y una amplia gama de delitos que ponen de manifiesto la degradación social y el clima de inseguridad y miedo que se vive prácticamente en todos lados, pues esto no es privativo de Colima, sino que ocurre a nivel local, nacional e internacional.

Que balearon a un joven motociclista de 24 años a plena luz del día y en pleno centro de Manzanillo; que asesinaron a dos hermanos en Comala en plena Navidad; que un padre mató a su pequeña hija; que un depravado violaba a su hijastra de ocho años de edad; que siguen los decomisos de droga en nuestro puerto; que aumenta el número de adolescentes y jóvenes adictos; que crece el número de accidentes con saldos fatales; que se fugan delincuentes en varias prisiones del país y -a pesar de eso-, que todos los penales del país registran sobrecupo y son insuficientes.

Que México ya es desde hace tiempo el país más peligroso del mundo para reporteros y periodistas, por encima de naciones en guerra, y el caso más reciente fue el artero asesinato de Alberto Velázquez López, fundador del periódico “Expresiones” de Tulum, en Quintana Roo, en el que se involucra a algunos colaboradores del alcalde Marciano Dzul, militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD); que la reacción y/o respuesta de las autoridades federales en el caso de los homicidios de comunicadores, ha sido prácticamente nula.

Que elementos de la Armada ejecutaron al “jefe de jefes” Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel de los hermanos Beltrán y como respuesta inmediata el narco asesinó a cuatro familiares (entre ellos la madre) de Melquisedet Angulo Córdova, el marino que participó y murió en el operativo; que la lista de ejecutados en territorio mexicano no cesa y en el presente año –hasta el 25 de diciembre- asciende a la escandalosa y nunca antes vista cifra de 7 mil 570 personas que han muerto víctimas de la violencia, la inseguridad y el narcotráfico.

Que una mujer burló el cerco de seguridad, atacó y derribó en Nochebuena al Papa Benedicto XVI (ya lo había intentado justo un año antes); que al primer ministro italiano Silvio Berlusconi lo agredió un tipo fracturándole la nariz y tumbándole varios dientes; que en Colombia secuestraron y luego asesinaron –degollándolo- al gobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar.

Que otra mujer igualmente reincidente (Kristy Lee Roshia), fue detenida en Hawai por  amenazar con asesinar a Michelle, la esposa del presidente norteamericano Barack Obama; que falló un terrorista suicida al intentar explotar un avión en Estados Unidos en plena Navidad; que no cesan sin embargo los atentados terroristas en otros países como ocurrió en Irak donde una bomba explotó cerca de dos iglesias cristianas dejando un saldo de al menos cuatro muertos y cinco heridos.

Y así podríamos seguir con una larga, larguísima lista de hechos delictivos que a diario ocurren en nuestro entorno, nuestro municipio, nuestro estado, nuestro país… nuestro planeta.

¿Y EL EMPLEO, APÁ?

Por el lado de los empleos, tampoco es halagador el panorama, pues para la historia, los archivos y hemerotecas quedó el compromiso de campaña del entonces candidato panista Felipe Calderón, quien dijo que él sería “el presidente del empleo”, y a la vuelta de tres años, millones de mexicanos no sólo están desempleados, sino que también millones fueron los que perdieron la fuente de trabajo y de ingresos que tenían como sustento familiar.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que a la fecha hay dos millones 464 mil mexicanos sin trabajo y que la crisis afectó al 5.26 por ciento de la población económicamente activa, y a pesar de que noviembre fue el segundo mes consecutivo en que se observa una reducción en el nivel de desempleo, se trata de la mayor desocupación para un onceavo mes del año desde 1995 –hace 14 años-, cuando la tasa de desocupación se ubicó en 5.80 por ciento.

¡SALUD!

De las enfermedades, ya lo dijo el propio Secretario de Salud José Ángel Córdova Villalobos, quien a pesar de la delicadeza del tema y la responsabilidad de su encargo, está más ocupado y preocupado por ser el candidato panista a la gubernatura de Guanajuato (¡Salud!), que en esta época invernal se dispararán los casos de influenza.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta mundial por una mutación más severa del virus A/H1N1 y sugirió a México, Estados Unidos, Noruega, Brasil, China, Japón y Ucrania, que se efectúen rigurosos resúmenes y una secuencia detallada, a efecto de determinar si hay o no mayor virulencia.

Sobre el dengue y otros padecimientos, tampoco la situación está como para echar las campanas al vuelo.

Así pues, la realidad de la violencia, la inseguridad, la delincuencia organizada, el narcotráfico, el desempleo, las pandemias y riesgos sanitarios, nos golpea en la cara en este cierre de año y no nos queda más que pedir a Dios y esperar que el inminente 2010, año clave y estratégico desde el punto de vista mediático, por aquello del centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia de México, sea mejor para todos, en todos los sentidos.

OBITUARIO

Me encontraba en el Hotel “Holiday Inn” en la Ciudad de México, participando en la Reunión Nacional de Coordinación y Capacitación en Comunicación Social del ISSSTE, cuando muy temprano me despertó el teléfono: recibí un mensaje avisándome del fallecimiento de la señora Rosita Zamora, una mujer muy apreciada de Comala, mi Pueblo Blanco de América y Mágico de México. Una dama en toda la extensión de la palabra.

La noticia me llenó de pesar y tristeza, pues aunque sabía de la enfermedad de Rosita, uno nunca deja de sorprenderse por el deceso de la gente que se estima. Lamenté a la distancia no poder acompañar en este doloroso momento a su esposo Gilberto Rocha Contreras y a sus tres hijos: Angélica, María Eugenia (quien fuera mi compañera en TV Colima, cuando todavía era Canal 12) y mi tocayo Pepe Rocha, quien apadrinó a mi hermano en su primera comunión.

De Rosita, a quien siempre tuteé por el afecto y cercanía, pese la diferencia de edades, tengo los mejores recuerdos de mi infancia: una mujer impecablemente limpia, como impecable era –es- su casa, donde cada cosa estaba en su lugar, en perfecta armonía; notable platicadora, sumamente agradable y con un fino sentido del humor, que se acoplaba a la perfección con el buen “Gilazo”, a quien recuerdo como el primer distribuidor de la Coca-Cola en Comala.

Cuando niño, disfrutaba sobremanera las amenas conversaciones aderezadas con anécdotas y chascarrillos que sostenía Rosita Zamora, cuando atravesaba de esquina a esquina, desde su casa a “La Colonial”, la tienda que mi abuelita Chuy Figueroa tuvo durante décadas ahí en la esquina de Madero y Victoria.

Platicadora incesante, Rosita hacía más atractiva la charla con mi Madre, mi Nina, mi tía Lupe y otras contertulias, con las gesticulaciones e inflexiones de voz e imitaciones,  que le ponían el sabor al diálogo. La recuerdo también en las tardes de sesteo junto con Tey y Toña Olea, en el pórtico de la amplia casa de éstas, que sin anuncio alguno, hacía las veces de la zapatería del pueblo.

Hoy, Rosita ya no está físicamente entre nosotros, pero su recuerdo prevalecerá en nuestra memoria y corazón como la mujer limpia, ordenada, amable, atenta y agradable, pero sobre todo de buenos sentimientos, que cultivó amistades y cosechó sinceros aprecios, sentimientos que por fortuna heredaron Pepe, Maru y Ange, a quienes desde esta columna les expreso mi solidaridad, mi afecto y mi respeto, así como mis oraciones por el eterno descanso de tan estimada dama, como fue su mamá, que en paz descanse. <Pepe Naranjo>

 

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