COLIMA.- El profesor investigador y director del Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos de la Universidad de Colima, Dr. Raúl Arámbula Mendoza, señaló que en esta temporada de lluvias existe riesgo de que se registren lahares en las barrancas del Volcán de Colima, por lo que pidió a la población aledaña estar atenta y tomar las medidas de precaución respectivas.

Dijo que en ocasiones se registran importantes precipitaciones en la cima del coloso, aunque no llueva en la parte baja, por ello es importantes estar pendientes.

Explicó que un lahar es un flujo de agua, sedimentos volcánicos y escombros, considerando rocas grandes, bloques, inclusive árboles, que bajan por las barrancas del volcán.

«Cada año el Volcán tiene aproximadamente entre 20 y 25 lahares, en tres diferentes barrancas que son las que monitoreamos. El sábado ya hubo un pequeño escurrimiento en la Barranca del Zarco que es la que baja a la comunidad de La Becerrera».

Refirió que las otras barrancas que están en observación son la de Monte Grande, que está por la parte sur y se dirige rumbo a Quesería; así como la de la Arena, que llega a la comunidad de San Marco en Jalisco; la Lumbre en los límites con Colima y La Arena.

«Año con año tenemos estos fenómenos, que inclusive hay que decirlo, ocurren aunque el Volcán, está en muy bajas condiciones de actividad. El Volcán ahorita tiene muy poca actividad, pero aún así estos eventos siguen ocurriendo, porque en los últimos años el Volcán emitió mucho material que quedó sobre las laderas y todavía sigue siendo transportado por las lluvias».

Arámbula Mendoza dijo que estos flujos es un riesgo importante para quien estén dentro de las barrancas, por lo que siempre se hace la recomendación de no permanecer ahí, por estos eventos que son muy rápidos y no dan tiempo a que la gente pueda salir.

Refirió que cuando hay ciclones se incrementa el riesgo de que haya lahares, citando el caso del Huracán Patricia, que generó uno que duró más de tres horas.

Explicó que es a través de los sismómetros que se puede detectar la presencia de un lahar, ya que el flujo genera una vibración que es percibida por estos instrumentos.

Además hay cámaras de video que en tiempo real, permiten observar el tamaño del lahar; además se cuenta con sensores de ultrasonido, ya que estos eventos generan ondas acústicas que pueden ser detectadas por estos micrófonos colocados cerca.

El investigador señaló que toda esta información se comparte con las áreas de Protección Civil que tienen protocolos para avisar a las comunidades cercanas, como La Becerrera.

Mencionó que se calcula que hay aproximadamente 14 millones de metros cúbicos de material que fue emplazado en el flujo del 2015, y hay todavía mucho material que puede ser removilizado en varios años por medio de las lluvias, siendo la barranca de Monte Grande la que más lahares produce.

Para dimensionar la cantidad de material que puede bajar, dijo que el cráter del Volcán admite uno a dos millones de metros cúbicos.

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