Cuauhtémoc Solís Torres, representante de la Dirección de Servicios Médicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entregó al rector de la Universidad de Colima, Miguel Ángel Aguayo López, los resultados finales del séptimo Examen Médico Automatizado (EMA), que se aplicó el año pasado a los alumnos de primer ingreso de bachillerato y licenciatura de la máxima casa de estudios colimense.
El EMA 2010 consistió en 269 reactivos, los cuales la UNAM, institución que diseñó este instrumento, presentó al rector con sus análisis y correlaciones. Este examen identifica enfermedades existentes y de herencia familiar y explora los factores de riesgo y de protección que más influyen en la salud integral de los jóvenes estudiantes. La Universidad local lo ha replicado por espacio de siete años, cosa que en este 2011 sucedió la semana pasada.
Los resultados del Examen Médico Automatizado permite obtener información sobre la salud física, psicológica, estilo de vida y del ámbito familiar y concentrar una serie de elementos de información para elaborar perfiles y predecir conductas que pudieran poner en riesgo su salud, aseguró en entrevista Cuauhtémoc Solís.
El especialista afirmó, además, que el análisis e interpretación de los resultados obtenidos del citado examen, permiten identificar las áreas de atención prioritaria orientada a la salud y el entorno en la comunidad estudiantil o con alumnos de primer ingreso. “Así, las intervenciones se realizan de acuerdo a las necesidades más relevantes, y con mejores probabilidades de impacto”.
Al abundar sobre las características de este examen, Solís Torres comentó que una de ellas es conocer la situación personal de salud y factores de alta vulnerabilidad que permita diseñar las estrategias e intervenir de acuerdo a los resultados. “Se trata de un modelo que ya se aplica en otras instituciones de educación superior y en particular es satisfactorio que el rector de la Universidad de Colima se ocupe de la salud de los alumnos y de la comunidad en general”.
Opinó, asimismo, que aplicar esta medida en otras universidades permite tener una idea más clara respecto a lo que ocurre con los jóvenes que estudian en este tipo de instituciones, y por la ubicación de las entidades comparar los aspectos en donde hay similitud o diferencias muy marcadas para cada zona.
“Se tiene el interés de parte de esta casa de estudios (U de C) en la realización de una serie de protocolos de investigación con los resultados obtenidos de años anteriores, para conocer cuál ha sido el impacto de todas las medidas implantadas a partir de que se cuenta con esta información”, apuntó el entrevistado.
A través de estos estudios, prosiguió, será posible observar las variantes en los estilos de vida de los alumnos desde que se incorporaron al bachillerato y ahora que se encuentran inscritos en los programas de licenciatura.
“Esto es parte del compromiso social y de la retribución que las universidades pueden hacer a la sociedad, emanado de los resultados del EMA, con un impacto directo en los estudiantes mediante un efecto multiplicador en aspectos de salud, autocuidado y la conciencia que genera en el estudiantado alrededor de esta materia, lo cual coadyuva en la calidad de vida de los alumnos”, precisó Cuauhtémoc Solís.
La parte más interesante de los trabajos de investigación, reafirmó, es que pueda ser aplicada en la sociedad con sus resultados, lo cual realza el papel que tiene la universidad, porque le da la pauta a otras instituciones para orientar su trabajo.
Finalmente, dijo que muchas de las investigaciones que se realizan en la UNAM son a partir de los resultados del EMA y, gracias a él, se han establecido estrategias de investigación conjunta con otras instituciones, como los institutos nacionales de salud, “con lo que se puede explorar de una manera más amplia y sobre todo con una perspectiva de lo que tiene que ver con la salud de las comunidades universitarias”.
