El egipcio Saif al-Adel es señalado como el líder interino de Al-Qaeda

Un egipcio que fungió como oficial de las Fuerzas Especiales es señalado como el “cuidador” de Al-Qaeda luego de la muerte de su líder, Osama bin Laden, de acuerdo con una fuente con conocimiento detallado del funcionamiento de la red terrorista.

El supuesto líder interino de Al-Qaeda es Saif al-Adel, quien desde hace tiempo ha jugado un rol prominente en el grupo, explicó Noman Benotman. Éste ha conocido el liderazgo de Al-Qaeda durante más de 20 años. En algún momento fue líder del Grupo de Lucha Islámico de Libia, una organización militante que solía apoyar a Al-Qaeda, pero que en años recientes renunció a su ideología.

Benotman dijo que, de acuerdo con sus comunicaciones personales y discusiones en foros radicales, al-Adel ha sido nombrado jefe interino, debido a que los yihadistas estaban intranquilos por la falta de un anuncio formal sobre quién será el sucesor de bin Laden.

Sin embargo, aclaró, es posible que la designación de un egipcio no sea bien recibida por algunos sauditas y yemeníes miembros de Al-Qaeda, quienes creen que el sucesor de bin Laden debe ser originario de la Península arábiga, una región sagrada para los musulmanes. Bin Laden nació en una familia acomodada de la zona.

Se cree que el sucesor de bin Laden será quien por muchos años fue su segundo de a bordo, Ayman al-Zawahiri, también egipcio. Benotman, quien ha fungido como una fuente confiable de información relacionada con Al-Qaeda, dijo que el nombramiento temporal de al-Adel puede ser una forma de medir las reacciones a la designación de alguien ajeno a la Península arábiga como líder de la red terrorista.

Al-Adel combatió a los soviéticos en Afganistán durante la década de 1980. Después de la caída del talibán en 2001, huyó a Irán. De acuerdo con oficiales antiterrorismo saudíes, desde ahí autorizó a la célula de Al-Qaeda en Arabia Saudita a comenzar una campaña de ataques terroristas en el país, que iniciaron en 2003.

Algunos reportes del año pasado sugieren que al-Adel se encuentra en Irán o Pakistán.

Uno de los asuntos clave de los que debe hacerse cargo es enfrentar la gran fuga de información de Al-Qaeda generada por Estados Unidos, luego del ataque contra bin Laden en el complejo de Abbottabad, Paquistán, donde el líder terrorista murió el 2 de mayo. Es probable que esas filtraciones afecten las operaciones de la red.

La designación de un jefe interino permite a Al-Qaeda comenzar el proceso para reunir apoyo de grupos afines en Yemen o el norte de África.

Algunas de esas agrupaciones juraron lealtad religiosa más a bin Laden que hacia Al-Qaeda, de forma similar a como los nazis juraban fidelidad a Adolf Hitler más que al nazismo. Ese juramento, conocido como baya, debe ahora ser transferido a quien será el dirigente de Al-Qaeda.

Existe poca evidencia de que su probable sucesor, al-Zawahiri, tenga el mismo carisma de bin Laden o de que reciba el mismo respeto que éste por parte de los militantes.

Ahora que bin Laden está muerto, existe una posibilidad real de que el talibán se disocie de Al-Qaeda, a la que había estado unida desde antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, después de que bin Laden jurara lealtad al líder talibán, el Mullah Omar, y se declarara Comandante de los Fieles. Se trata de un título religioso rara vez invocado, que data de la época del profeta Mahoma.

El Mullah Omar podría optar por no exigir un nuevo juramento del próximo líder de Al-Qaeda. Esa medida podría significar un avance en las negociaciones de paz con los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán, que piden al talibán deslindarse de Al-Qaeda.

Con información de CNN.

 

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