El cerebro nunca está de vacaciones, aclara Hugo Sánchez Castillo, del Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología (FP), de la UNAM, quien afirma que este órgano solo detiene su funcionamiento con la muerte, pero tiene una menor carga durante un periodo de asueto.

“Cuando viene el periodo vacacional, los que pueden, nos desengarzamos de muchas de estas actividades microestresoras, como acciones de la vida cotidiana que provocan tensión: no tengo que llevar a mis hijos a la escuela, me relajo, con ello viene un decremento del cortisol, cambios en los sistemas de dopamina, de adrenalina, y quizá se liberan opioides endógenos (betaendorfinas, metencefalinas, leuencefalinas y dinorfinas)”, indica.

El académico señala en entrevista que nos podemos relacionar con actividades lúdicas, lo que genera una nueva condición, en la cual disminuyen los niveles de estrés y entra en balance.

El también presidente de la Sociedad Iberoamericana de Neurociencia Aplicada manifiesta que el cerebro “desestresado” se muestra en el cuerpo.

“La disminución en los niveles de estrés puede producir efectos benéficos: una mejora en el ciclo sueño-vigilia se refleja inmediatamente en las funciones cognitivas, en la sensación de bienestar, con la recuperación de los sistemas musculoesquelético, incluso en el mismo talante, en la postura”, detalla.

Sin embargo, precisa, dependen de cómo se tomen los días destinados al descanso, “porque hay personas que aun cuando sean vacaciones van a estar estresadas”. Hay trabajos que no pueden hacer estas pausas, como los sistemas de reparto de comida, incluso los destinos vacacionales que ofrecen servicios en zonas turísticas. Para ellos son periodos de estrés.

En este contexto, Sánchez Castillo estima que las etapas de asueto son fundamentales para la recuperación funcional y si se viven con tranquilidad ayudan a consolidar la memoria, recuperar los sistemas musculares, liberar sistemas cognitivos, reducir la ansiedad, incluso incidir en la eficiencia laboral. Trabajadores que tienen este privilegio de descanso van a rendir más.

Cuidar nuestro cerebro, añade, requiere de sueño adecuado, dormir a tus horas, reposar y disponer de una actividad lúdica. Además, procurar la ingesta de alimentos balanceados, así como evitar abusar de bebidas alcohólicas. Sugiere no exagerar porque paradójicamente puede ocasionar detrimento, es decir, necesitar vacaciones de las vacaciones.