Eclipse total de sol

En palabras Llanes
Por: Alberto LLANES

Era 11 de julio de 1991, por aquellos días tenía trece años, mi hermano ocho; empezaba mis rondines por la secundaria y mi carnal, aún, en primaria.

Las vacaciones en aquel tiempo eran largas, eternamente largas, dos meses si mal no lo recuerdo. Comenzaba a rocanrolear duro; todavía no se publicaba un disco clave para mí, pero estaba cerca de salir a la luz, hablo del Nevermind de Nirvana, editado en septiembre de 1991. Ese mismo año fue prolífico musicalmente hablando, en el mismo mes Use your Ilusion I y II de los Guns And Roses vería la luz del día, al igual que el Blod, Sugar, Sex Magik de los Red Hot Chilli Peppers; en diferentes meses de ese año se publicaron discos icónicos como: el Ten de Pearl Jam, el Metallica o «Black álbum» de Metallica, el Achtung Baby de U2, el Out of Time de R.E.M, el Badmotorfinger de Soundgarden entre muchos más.

En México gobernaba el PRI, el eterno PRI como las vacaciones de verano. Se hablaba de crisis, desafíos, avances sí, en economía, pero muchas broncas en temas de igualdad social, corrupción y mucha, demasiada crisis económica, violencia, desempleo, pobreza y demás. La televisión era dominada por el emporio que construyó «El Tigre» Emilio Azcarraga Milmo «quien falleció en 1997 dejando el legado televisivo en manos del inepto de su hijo Emilio Azcarraga Jean», así que la televisión mexicana a veces nos regalaba cosas y material interesante, pero también, empezaba a ponerse de moda el contenido «basura».

Veíamos en la televisión a grandes personajes, repito, creados por «El Tigre» como Raúl Velasco quien tenía uno llamado «Siempre en domingo» que duraba entre tres y cuatro horas y que arrancó transmisiones en febrero de 1969 hasta el año de 1998; por otro lado, todos los domingos podíamos ver «En familia», con Xavier López «Chabelo» el cual duraba entre dos y tres horas de transmisión, estrenado el 26 de noviembre de 1967 concluyendo en 2015 y, por el lado de las noticias, había un nombre-hombre inamovible, quien dio grandes premisas noticiosas, recuerdo varias de ella, por ejemplo, cuando se interrumpieron las transmisiones para dar pie a un reporte en voz de Jacobo Zabludovsky para decir que la Guerra del Golfo Pérsico había comenzado. Esto de ver las transmisiones interrumpidas sólo lo había visto en algunos programas de televisión, pero no en la vida real y esto era la vida real. La guerra había empezado y parecía no tener fin.

Con Jacobo vi el anuncio de la muerte de Kurt Cobain, la de John Lenon, la de Colosio, la cobertura de la muerte de Paco Stanley, de Ruiz Massieu, la del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entre muchos eventos más; políticos, sociales, culturales, lo que decía Jacobo era ley y nada más, todo México le creía; en mi memoria está su reportaje-crónica después del sismo de 1985 y, por supuesto, el evento del Eclipse de 1991; yo, con con trece años y roqueando ya tenía más o menos conciencia del mundo y sabía que se iba a oscurecer totalmente por unos breves minutos en mi querido Distrito Federal; estaba en mi casa, bueno, en la de mis papás, allá en los departamentos de la Infonavit Culhuacan, de vacaciones, viendo caricaturas todo el mendigo día, disfrutando de la vida y nada más, cuando ese 11 de julio de 1991 el cielo se oscureció en su totalidad por unos breves pero eternos minutos, era la una con veinticuatro minutos y, el ambiente estaba cargado de mitos, no ver al cielo porque te podías quedar ciego, ver el eclipse en el reflejo del suelo, verlo con unos lentes especiales etcétera, lo mejor para ver el eclipse sin ningún tipo de problema era seguir la transmisión del noticiero 24 horas con Jacobo Zabludowski.

El efecto duró siete minutos, pocos más, pocos menos, los animales de granja, decía Jacobo, se metieron a sus casas a dormir confundiendo la noche con el día. La voz del locutor se me quedó grabada en la memoria, más cuando dijo aquellas palabras: «que esto no iba a suceder hasta el 8 de abril de 2024» y, acá estamos, esa fecha tan lejana en aquellos días, está aquí y ahora… no sé qué da más suspenso hoy día: la voz en off de Jacobo, que la fecha ya llegó, el efecto del eclipse y todo lo que traen estos fenómenos consigo o esperar otros treinta o cuarenta años más para volver a vivir «algunos» un suceso como este otra vez… Claro, sin grandes grupos de rock como en 1991.