Una Máquina de vapor sigue imparable en la Copa Libertadores luego de arrollar al Deportivo Táchira 4-0 en el Estadio Azul para mantener el paso perfecto en el certamen continental.
Con un grupo de suplentes, la picardía de Javier Aquino y la contundencia de los delanteros fue suficiente para que Cruz Azul derrotara al equipo venezolano en un inmueble que volvió a recibir un duelo de Copa Libertadores luego de ocho años de ausencia.
Apenas a los 17 minutos Javier Aquino desbordó por la banda derecha y Jackson Clavijo intentó detenerlo. El canterano cayó al área y el árbitro decretó penalti a favor de Cruz Azul. Adrián Cortés cobró, el portero Roberto Rivas adivinó pero por la potencia no logró desviarlo para el 1-0.
Aquino fue la pesadilla por el costado derecho donde Clavijo era un mero espectador de la habilidad del canterano celeste que se dio gusto desbordando por ese sector aunque también fue objeto de múltiples faltas en el encuentro hasta que fue sustituido por Christian Giménez al 73’.
El dominio cementero podría haber sido reflejado en el marcador con otro tanto antes de finalizar la primera mitad en un contragolpe de Alejandro Vela, pero el esférico sólo terminó en el poste y se ahogó el grito de gol.
El equipo visitante recurrió a las faltas una y otra vez para intentar detener a una Máquina a todo vapor. A Javier Orozco lo mandaron al piso en múltiples ocasiones, como al 27’cuando Gamadiel García lo pateó en la entrepierna.
Sin embargo, nada mermó la garra celeste. El segundo gol fue obra de Edixon Perea quien aprovechó un balón que había luchado el “Chuletita» de manera individual para rematar a gol y conseguir el 2-0.
La resistencia de los venezolanos se volvió efímera cuando a los 78 minutos Maranhao desbordó por la banda izquierda y sirvió raso para que apareciera Javier Orozco y empujara el balón a las redes en el 3-0.
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