Mientras tanto en entrevista el director coral asegura que “la naturaleza propia de un grupo es que haya diferencias entre quienes lo integran: ya sea en las formas de vivir, en las ideas o en las aspiraciones; en un grupo coral lo más evidente es la diferencia en las voces”, al tiempo que señala que las diferencias no deben ser generadoras de conflicto.
La tarea de un director coral es convertir al grupo en una unidad: encontrar el equilibrio. “En un grupo siempre destaca alguien que es mejor vocalmente, en lo individual”, pero el reto de un director es conseguir que todos brillen y destaquen por sus cualidades particulares.
Para Matteo Valbusa lo más importante de trabajar con un coro es la interacción social, la capacidad de convivir y organizarse con los otros: “Para cantar bien se necesita saber escuchar y es importante lograr eso para tener relaciones humanas de calidad”. Y es que, dijo Matteo, a través de la música coral he accedido a profundas formas de reflexión acerca del comportamiento humano.
Ganarse la confianza de los integrantes del coro, desde el punto de vista musical y humano, es su tarea principal: “Es algo complejo pero muy apasionante, porque entran en juego muchos aspectos psicológicos”, comentó Matteo Valbusa (Italia, 1981), con ayuda de su traductor.
En su infancia estaba un poco más inclinado a la práctica del deporte aunque a la par tomaba clases de pianoforte, hasta que asistió a un concierto de un importante coro en Verona. Allí sintió el llamado definitivo: desde entonces no le ha puesto freno a su preparación académica.
Aunque es muy joven, el invitado de honor a la primera edición del Festival Internacional Es a voz, está cobijado por años de estudio: es licenciado en patrimonio cultural por la Universidad de Verona, egresado del Conservatorio de Bolonia y de la Academia Sibelius en Finlandia.
En México –aunque es un país lejos de ser considerado la meca de la música coral— existen grupos se han ganado el respeto y gusto de los espectadores. El músico, sin embargo, prefirió no hacer un juicio a esa situación coral y sí afirmó haberse encontrado con grupos corales universitarios que, a fuerza de dinamismo y carácter, han logrado afianzar una tradición de música coral en Colima: Los Niños Cantores, con casi cuarenta años de trayectoria, y Cantares, con 18 años de carrera, por citar algunos.
Matteo Valbusa habló, en concreto, del caso del grupo Cantares que lleva al terreno de la música clásica algunas obras del repertorio popular mexicano. “Es una estrategia muy válida; la música clásica puede ser un vehículo para llevar a otro nivel la música popular”, comentó el italiano, quien aprovechó su visita a Colima para impartir un curso de dirección coral entre profesores y estudiantes universitarios.
