COLIMA.- Este lunes 14 de marzo Colima llega a los 36 días de hechos violentos continuos, y la información de las estrategias para mitigarlos o los avances que se tienen, ha sido emitida a cuentagotas.

Ha habido anuncios esporádicos de que se trabaja al respecto, notificaciones de las llegadas de fuerzas federales tanto de la Secretaría de Marina, Secretaría de la Defensa Nacional, como de la Guardia Nacional, con sus respectivos «desfiles» por las principales calles de la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez, con la consigna principal de inhibir los delitos a través de la presencia.

Sin dar mayores datos, la Gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno Silva, dio a conocer este 14 de marzo que en la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz se trabajan estrategias que abonen a la tranquilidad de la entidad.

Al publicar en sus redes sociales imágenes en las que se encuentran reunidos en Casa de Gobierno representantes de los tres niveles y las instituciones de seguridad, la mandataria estatal señaló que presidió los trabajos en esta materia, que calificó como «nuestra prioridad».

Cabe destacar que el edificio estuvo fuertemente resguardado por elementos de la Guardia Nacional, así como del Ejército Mexicano y Policía Estatal.

Trascendió también el domingo, la detención en Zapopan Jalisco, por parte de elementos de infantería de la Armada de México, (SEMAR) y de la Fiscalía General de la República (FGR), de Aldrin Miguel “J” alias el “Chaparrito”, un presunto jefe regional de la organización criminal que opera en Colima y que era buscado por las agencias de seguridad de México y de los Estados Unidos.

Sin embargo esto lejos de abonar a la tranquilidad del estado generó que la noche del domingo 13 de marzo, se viviera un clima de zozobra entre la población por diferentes eventos violentos; nuevamente ejecuciones en colonias de la zona conurbada, pero también el despojo violento de autotransportes, efectuado por sujetos armados, quienes de acuerdo a versiones extraoficiales, luego de obligar a los choferes a descender, incendiaban las unidades.

Y nuevamente las alertas para que los ciudadanos no resultaran afectados, se resguardaran y evitaran ciertos puntos de la ciudad, vinieron por parte de los propios pobladores, que a través de las redes sociales sugerían no salir. Las autoridades, omitieron toda información al respecto.

Al momento se contabilizan casi un centenar de asesinatos en diversas colonias de Colima y Villa de Álvarez, principalmente, pero no han estado ajenos municipios como Coquimatlán, Cuauhtémoc, Comala, Tecomán, Manzanillo y Armería. Además de los lesionados en ataques con arma de fuego y los menos con arma blanca.

Las fachadas de vivienda baleadas y la denuncia de detonaciones de arma de fuego también han continuado.

No hay llamados de alerta o aliento públicos para comerciantes, que se han visto afectados ya desde hace tiempo, primero por la pandemia y ahora por la inseguridad.

En el ámbito educativo, también hay incertidumbre, el titular de la Secretaría de Educación y Cultura, Adolfo Núñez, se limitó en una rueda de prensa a decir que los trabajadores de la educación estaban preparados para actuar en caso de un incidente violento, pero lo cierto es que padres de familia y los propios maestros y trabajadores refieren temor de la situación, que si bien se sabe no es directamente en contra de este sector, si los involucra al ser objeto los edificios de colocación de mantas y cartulinas con mensajes amenazantes, así como escenarios de ejecuciones en los exteriores.

Quedan aún muchas interrogantes sin respuesta, comenzando por el incidente que parece haber sido el inicio de esta vorágine de violencia, la riña del Centro de Reinserción Social de Colima el 25 de enero, donde fallecieron 9 internos y 7 quedaron lesionados, aún no se explica cómo fue que entraron las armas de fuego con las que en su mayoría fueron agredidos, no hay información pública sobre los avances en las carpetas de investigación que la Fiscalía General del Estado lleva a cabo.

Tampoco el Gobierno del Estado ha dado a conocer cómo se reforzó la seguridad en el Cereso, el diagnóstico de las deficiencias en este lugar y cómo se han solventado, el programa de corto y largo alcance.

Se desconoce también, si permanecen en la entidad el numeroso grupo de activos federales, ya que ha trascendido que algunos se han retirado.

La justificación de que esta situación violenta es parte de la herencia de gobiernos anteriores, es algo que parte de los ciudadanos entienden, pero lo que no les satisface es la ausencia de sus autoridades, que al iniciar este administración estaban empeñados en la transparencia y la rendición de cuentas cara a cara con los ciudadanos.

El panorama se avisora complicado, no se observa una pronta solución, y es lógico que esto no termine de la noche a la mañana, pero la falta de datos que den luz al camino, tampoco abona en el ánimo de las personas.

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