Ciencia y género: en busca de la otra cura

EL ARCÓN DE HIPATIA

Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA

El mundo atraviesa una crisis sanitaria sin precedente en nuestra historia moderna. La ciencia ha sido puesta a una carrera contrarreloj en la búsqueda no sólo de la vacuna, sino de un tratamiento o cómo debilitarlo. En este contexto, saltó a escena la mexicana Mónica Olvera de la Cruz, quien, en conjunto con su equipo, descubrió cómo debilitar la proteína S (Spike), que es la que permite que el virus se adhiera al cuerpo humano.

Olvera de la Cruz nació en Acapulco, Guerrero, posteriormente viajó a la Ciudad de México para estudiar Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y luego obtuvo un doctorado por la Universidad de Cambridge. Debido a su desempeño es que pasó a ser asistente de investigación y posteriormente dirigir su propio equipo (Infobae 08-18-2020).

La trascendencia de este descubrimiento implicaría el camino hacia un tratamiento eficaz en contra del virus. “No encontré la cura, encontré un método científico que da una dirección. Lo que hicimos fue buscar otra manera de vulnerar, de reducir la atracción entre la proteína Spike y el receptor humano donde se pega el virus”, precisó la científica.

Este avance vital hace necesario que volteemos a ver que Olvera atravesó dos intersecciones en su trayectoria. Origen y género. Ser mujer mexicana y de Guerrero en el campo de la ciencia no es fácil. De acuerdo con la encuesta intercensal 2015 del INEGI, de cada 100 personas de 15 años y más, el 13.2% de la población no tiene ningún grado de escolaridad, el 54% tiene la educación básica terminada, el 19.6% finalizó la educación media superior, el 12.9 concluyó la educación superior y un 0.3 % no fue especificado.

Y si bien Olvera de la Cruz tuvo acceso para ingresar en la UNAM, la batalla por sobresalir en ciencia es una más que se enfrenta al ser mujer. A nivel mundial, las mujeres científicas son poco conocidas y México no es la excepción.

De acuerdo al portal oficial de Conacyt, en el SNI las mujeres representan el 37% hay 10 mil 683 científicas del total de 28 mil 630 integrantes del padrón. Más aún, Cecila Rosen, investigadora mexicana, destaca la feminización de ciertos campos de la ciencia. Pues en el país al parecer los campos científicos tienen género.

“Dentro de salud, ciencias sociales, humanidades, y biología, por ejemplo, las mujeres representan entre el 36 y el 50% del total de investigadores. En contraparte, las ingenierías y ciencias exactas (astronomía, ciencias de la tierra y matemáticas) ostentan un promedio de mujeres no mayor al 22% del total de investigadores del SNI. Estas áreas siguen siendo territorios casi exclusivamente masculinos”, apunta (Letras Libres, 07-03-2018).

Hace unas semanas, en el conversatorio Mujeres Científicas en México, que tuvo lugar de forma virtual en la Cámara de Diputados, la directora adjunta de Desarrollo Científico del Conacyt, María del Carmen de la Peza Casares, mencionó que la ciencia en México busca impedir la marginación y discriminación, en especial la de las mujeres indígenas, así como definir las relaciones de los sectores científicos con el sector productivo y social mediante estrategias con enfoque de equidad de género.

Sin embargo, al parecer olvidó algo: que la ciencia está siendo ahogada con recortes y acusaciones de corrupción desde el propio gobierno. La duda que queda por responder es: ¿cómo hacer frente a esos retos que ella misma plantea sin recursos? Pregunta que toca responder a la doctora María Elena Álvarez-Buylla.

Esta columna es publicada con la autorización de @saraiarriozola