AZAR

¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ

¿Cuánto tiempo soportará el sistema el estrés que vive producto de las ocurrencias?

¿Cuánto tiempo como sociedad toleraremos la estulticia de las recurrentes decisiones equivocadas?

¿Será que no terminamos de darnos cuenta de lo que sucede?, ¿o será que todavía creemos que hay margen de corrección y tiempo para enderezar el camino?

El cotidiano informar o, mejor dicho, monólogo expositor, sigue sin modificar escenario, entorno, tono, ni mucho menos sentido.

Lo importante es marcar la pauta de la opinión pública.

Que la novedad vaya superando lo pendiente, sin que tenga que ver la existencia de los resultados, un par positivos, el resto mal logrados.

Hay factores a los que se aferran, aún y cuando son un clavo caliente: la estabilidad del tipo de cambio, la baja inflación, la ratificación del T-Mec por el senado estadounidense.

Elementos, unos, que casi siempre dependen de circunstancias especulativas o de confianza, el último que tiene que demostrar su fortaleza en el mediano o largo plazo.

Y lo importante cayendo en la vorágine de la desesperanza. Seguridad, bienestar económico y ahora rematando con la atención a la salud, sumidos en los números que retratan y no mienten, va mal la cosa.

Y entonces, definitivamente, tenemos que remitirnos a aquella frase de Albert Einstein que reza “Dios no juega a los dados con el mundo”. En el caos del universo, desde este punto de vista, no cabe la ventura. Hay análisis, reglas, explicaciones de ello.

Pero parece que nuestro Mesías Tropical, no solamente tiene especial fascinación por la incertidumbre. La eventualidad es lo suyo, tanto, que hoy nos invita a un juego de lotería para ser felices y vivir una ilusión.

Las respuestas y soluciones sustentadas tristemente en el azar.