Ciudad de México.- En un discurso con motivo del 20 de noviembre, fecha emblemática que marca el inicio de la Revolución Mexicana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rememoró los ideales libertarios de Francisco I. Madero y la valentía del pueblo que respondió a su llamado para derrocar la dictadura porfirista.

El mandatario destacó un pasaje del manifiesto de Madero, fechado el 20 de noviembre de 1910, donde se denunciaba la tiranía imperante: «México está gobernado por una tiranía que ha pretendido justificarse a sí misma con los beneficios de la paz y de la prosperidad material; pero esa paz no descansa en el derecho, sino en la fuerza, y esa prosperidad solo beneficia a una minoría, no al pueblo ni a la Nación».

López Obrador resaltó el carácter opresivo del porfiriato, describiéndolo como sinónimo de esclavitud, opresión y oligarquía, subrayando que la revolución maderista logró en tan solo seis meses el derrocamiento de Porfirio Díaz, aunque con pérdidas humanas lamentables.

El presidente hizo hincapié en la eficacia de la Revolución al señalar que, a diferencia de otras gestas similares, el dinero utilizado fue relativamente bajo y se auditó rigurosamente. Además, destacó que los daños a las actividades productivas fueron mínimos, y la libertad se conquistó sin mayores problemas, evidenciado por el corte de caja positivo en la Tesorería General.

Sin embargo, López Obrador reconoció que el verdadero desafío comenzó tras el triunfo, al desmontar el viejo régimen y satisfacer las demandas de democracia y justicia. Recordó el angustioso viacrucis que padeció Francisco I. Madero desde su entrada triunfal en la Ciudad de México en 1911 hasta su trágico asesinato en 1913, destacando su sacrificio por el bien común.

El presidente subrayó que el legado de la Revolución Mexicana no fue en vano, ya que condujo a la aprobación de la Constitución de 1917, una de las más avanzadas en justicia social a nivel mundial. Destacó los logros incluidos en la Constitución, como el derecho de los campesinos a la tierra, la jornada laboral de ocho horas, el salario mínimo y la educación pública.

Asimismo, López Obrador resaltó la creación de las Fuerzas Armadas como uno de los hitos de la Revolución, recordando que estas instituciones han mantenido un origen popular y han sido fundamentales en el actual proceso de transformación pacífica que vive México.

En el cierre de su discurso, el presidente expresó su orgullo al conmemorar un aniversario más de la Revolución de 1910 y afirmó que el gobierno democrático, junto con las Fuerzas Armadas, trabaja para garantizar la paz y el bienestar del pueblo mexicano en esta nueva etapa de transformación.

 

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