Colima.- Con el objetivo de mejorar el rendimiento escolar y fomentar una cultura de la buena alimentación entre estudiantes, Karmina Sánchez Meza, catedrática de la licenciatura en Nutriología de la Universidad de Colima recomendó no saltarse la cena para evitar ayunos prolongados entre la comida y el desayuno, que derivarían en enfermedades propias de la mala alimentación.
La nutrióloga, en entrevista, explicó que el no cenar es una práctica común entre la comunidad estudiantil: “Es un error porque afecta el rendimiento de la persona y debilita al cuerpo porque el organismo necesita energía para trabajar durante toda la noche, por lo cual sugirió cenar ligero dos horas antes de dormir”.
“Igual de importante que la cena para el desempeño de los estudiantes es el desayuno antes de irse a la escuela, pues elimina el ayuno de toda la noche, cuando los órganos del cuerpo consumen energía para seguir su función”, dijo.
Destacó que lo recomendable es hacer cinco tiempos de comidas al día: desayuno, colación a media mañana, comida, colación a media tarde y cena, todo con comida saludable.
“Lo que no deben consumir es la comida chatarra, a la cual nosotros le llamamos calorías vacías porque no aportan vitaminas; es decir, no es nutritivo ese alimento. En pocas porciones contienen muchas calorías, por eso no se recomienda su ingesta”, apuntó.
Otro factor a tomar en cuenta en la alimentación, expuso, es la importancia de masticar bien la comida, pues mejora la digestión, además de que la saliva ayuda a matar microbios en el alimento, por lo que, detalló, “entre más tiempo permanezca en la boca el alimento se eliminarán bacterias y esto beneficiará al organismo para la digestión”.
Indicó que para que un estudiante tenga una alimentación saludable, y por ende la probabilidad de un mayor rendimiento escolar, debe llevar una dieta variada y equilibrada, la cual consiste en consumir todos los grupos de alimentos como frutas, verduras, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal.
Agregó que a lo anterior es necesario sumarle el ejercicio físico al menos sesenta minutos al día. “No hay un ejercicio idóneo recomendable para el paciente, por lo regular debe ser una actividad de su gusto”, sostuvo.
Comentó que un nutriólogo, antes de indicar el plan de alimentación, debe realizar la historia clínica del paciente para conocer si come solo, si prepara el alimento, a qué es intolerante, si sufre alergias, gustos y aversiones; asimismo, debe conocer su accesibilidad a los productos con el objetivo de buscar una estrategia para diseñar una dieta basada en sus posibilidades.
Consideró importante educar a la sociedad en general sobre la dieta correcta, así como también informar sobre los lugares donde se comercializa comida saludable, y por último mencionó que el equilibrio alimenticio se refiere a ingerir alimentos en las cantidades correspondientes de acuerdo con la edad, la estatura, el peso corporal y el nivel de actividad física. BP