La oficina en México de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) lamentó este viernes el trágico accidente ocurrido ayer en el estado de Chiapas, cerca de frontera con Guatemala, que se cobró la vida de más de 50 personas en un accidente de tráfico. La totalidad de las víctimas eran migrantes centroamericanos.

En un mensaje de Twitter, el organismo lamentó el suceso, en el que también resultaron heridos cerca de medio centenar de migrantes, y destacó la necesidad de encontrar “alternativas migratorias y vías legales para evitar tragedias como ésta”.

El director regional para las Américas de la Agencia, José Xavier Samaniego, usó la misma red social para manifestarse sobre el accidente y pidió reaccionar ante la tragedia.

“Urge trabajar conjuntamente en respuestas regionales para prevenir el desplazamiento, asegurar la protección a refugiados y brindar alternativas migratorias a personas que buscan un futuro mejor para su familia”, solicitó.

En similares términos se expresó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) al subrayar que el suceso ocurrido en Chiapas “expone los riesgos que existen a diario para miles de personas que buscan una vida mejor fuera de sus comunidades de origen. Podemos hacer más por ell@s”, afirmó en su cuenta de Twitter.

El cruce de la frontera entre México y Estados Unidos, la ruta migratoria más letal en 2021

Coincidiendo con la fatalidad ocurrida en Chiapas, la Organización indicó este jueves que desde el año 2014 se han registrado 5755 muertes por viajes migratorios en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe.

El número de muertes registradas este año ha aumentado en muchas rutas migratorias y ya se contabilizan 1060 vidas perdidas. Al menos 650 de ellas fallecieron al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, la mayor cifra anual desde que la OIM comenzó a documentar las muertes en 2014.

El aumento es preocupante si se tiene en cuenta que la mayoría de los datos de esta región fronteriza no se comunican hasta que finaliza el año.

La directora regional de la Organización para América Central, del Norte y el Caribe, Michele Klein Solomon, calificó de “alarmante” el creciente número de migrantes muertos en la región.

Aunque las 3575 muertes documentadas por la OIM en la frontera entre Estados Unidos y México desde 2014 representan la mayor cifra de decesos, muchas otras regiones plantean riesgos comparables para las personas en movimiento pese a la falta de datos.

Las rutas crecen: El Tapón del Darién, los migrantes venezolanos en el Caribe, entre otras

Entre esas zonas se encuentra el Tapón del Darién, donde un número cada vez mayor de migrantes cruza la peligrosa región selvática ubicada entre Colombia y Panamá. La ruta está marcada por un terreno peligroso, violencia y un sinnúmero de reportes de muertes no verificables. La OIM ha confirmado 157 muertes desde 2014, 42 de ellas durante el año en curso.

Otra ruta poco documentada es la que utilizan los migrantes venezolanos que intentan llegar por mar a naciones caribeñas cercanas, como Trinidad y Tobago. Aunque la Organización ha contabilizado 176 muertes desde 2014 en esta ruta, probablemente el número real de vidas perdidas sea mucho mayor.

También son difíciles de documentar las muertes en las rutas que atraviesan México. No obstante, la OIM registró más de 750 vidas perdidas durante los procesos migratorios desde 2014, excluyendo las que se producen cerca de la frontera norte con Estados Unidos.

La mayoría de estos registros se basan únicamente en informes publicados en los medios de comunicación. Sin embargo, las estimaciones de desapariciones de migrantes realizadas por las organizaciones de la sociedad civil indican que hay muchos más migrantes perdidos y sin identificar.

A modo de ejemplo, el Servicio Jesuita con Migrantes informó de 2180 desapariciones de migrantes en México solo en 2015.

Los métodos de búsqueda de migrantes no funcionan

A pesar de los múltiples llamamientos para evitar más muertes y ayudar a las familias que buscan a los migrantes desaparecidos, la OIM indica que no se han tomado suficientes medidas concretas sobre esta situación y recordó que el Pacto Mundial para una Migración Segura, adoptado por un abrumador número de Estados, pide en su Objetivo número ocho “salvar vidas y establecer esfuerzos internacionales coordinados sobre los migrantes desaparecidos».

Asimismo, destaca que los actuales sistemas de búsqueda de migrantes desaparecidos en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe no son accesibles ni eficaces.

En consecuencia, son las organizaciones de la sociedad civil las que suelen llenar los vacíos para documentar e identificar los casos de migrantes desaparecidos y fallecidos, y atender las necesidades de las familias que quedan atrás.

«Salvar vidas es una prioridad absoluta. Los Estados y otros actores deben tomar urgentemente más medidas para hacer frente al creciente número de muertes de migrantes», afirmó Klein Solomon.

La directora regional de la OIM añadió que «las familias que buscan la verdad sobre los familiares migrantes desaparecidos necesitan respuestas, y los responsables políticos necesitan mejores datos para garantizar que la migración sea segura y digna para todos.»