Colima.- Definitivo, los padres sindicalizados al servicio del gobierno del estado se divierten más que las madres.
Mientras que para festejar el día social de las mamás sindicalizadas al servicio de Gobierno del Estado se sirvió un desayuno recatado con crepas de requesón con pollo, champiñones y espinacas bañadas en salsa bechamel, con ensalada y jugo o café, acompañadas de las melodías un grupo versátil, el festejo del Día del Padre fue otra cosa.
Más de mil 500 padres de familia fueron consentidos con cerveza, chamorro al horno, botanas varias, música versátil y un provocativo performance.
El gobernador, Mario Anguiano Moreno, acompañado del alcalde de Colima, secretarios, diputados y otros funcionarios, disfrutó de un ‘rato de relax’ junto con los papás con quienes compartió la comida, pero no la bebida. Él y la mayoría de los secretarios prefirieron tequila Don Julio, bebida reservada solo para la mesa principal.
Un ‘charro negro’ para el mandatario estatal: tequila, agua mineral y un chorrito de refresco de cola para el color; el bien portado fue el alcalde de Colima, Federico Rangel Lozano quien disfrutó de su platillo tan solo con agua.
Mientras, el diputado local Martín Flores Castañeda, parecía entusiasmado con las edecanes que los acompañaron casi en todo momento, en especial de una chica alta, morena, pelo azabache a quien de vez en vez tomaba por la cintura y le hablaba al oído.
Entonces, comenzó el show. Un grupo de cuatro chicas y un número similar de chicos quienes iniciaron su rutina de baile en el escenario.
El ambiente se comenzó a poner candente, pero no por la falta de ventiladores sino porque al sonar de los tambores con ritmos africanos y caribeños, los bailarines comenzaron a despojarse de sus ropas y contonearse al ritmo de la música.
Las chicas deleitaban a los caballeros con sus diminutas prendas, mientras los bailarines solo se descubrieron sus torsos y se encargaban de sacar suspiros a las pocas mujeres que había en el lugar.
El gobernador y los secretarios ponían más atención que en la escuela.
Los padres con sonrisas en el rostro exclamaban ‘piropos’ y aplaudían disfrutando del espectáculo al calor del alcohol.
Finalmente el show tuvo que parar, pese a los reclamos de los presentes, que fueron acallados por la rifa de regalos, motos y pantallas.
Pasado el show y los regalos, los padres comenzaron la retirada.
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