Mueren 10 niños a diario en campo de refugiados de somalís

Una media de 10 niños menores de cinco años muere a diario en uno de los campamentos establecidos en Etiopía por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para acoger a miles de refugiados somalís.

Se trata del campamento de Kobe, uno de los cuatro centros de acogida del denominado «complejo Dollo Ado», en el sur de Etiopía donde «las tasas de fallecimientos están alcanzando niveles alarmantes», afirmó el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.

Un total de 25 mil personas viven en ese campamento, donde «un posible brote de sarampión, unido a las altas tasas de malnutrición severa, parecen ser las principales causas de los fallecimientos».

Edwards explicó que en el conjunto de Dollo Ado se han confirmado 148 casos de sarampión y 11 fallecimientos por la enfermedad.

«Esta combinación mortal ha causado históricamente tasas similares de fallecimientos en crisis alimentarias previas en la región», señaló el portavoz de ACNUR, que informó de la puesta en marcha inmediata de un plan de vacunación en todos los campos.

Este lunes se completó una primera fase de la vacunación en el campamento de Kobe, incluyendo a todos los niños de entre seis meses y 15 años, y el programa se extenderá en los próximos días.

Christopher Haskew, experto de ACNUR en salud pública, indicó que el sarampión «es altamente contagioso y puede tener un efecto devastador en los niños, especialmente en los mal alimentados».

Mientras tanto, a 250 kilómetros al norte de Dollo Ado, el éxodo de somalís que huyen de la sequía y la guerra sigue siendo constante, con la llegada de 17 mil 500 nuevos refugiados en las últimas seis semanas a las regiones etíopes de Gode y Afder.

La mayoría de los refugiados proceden de las regiones somalís de Bakool y Bay y 95 % son mujeres y niños de corta edad, «la mayoría de ellos en una situación nutricional y de salud muy precaria», según destacó Adrian Edwards.

Los miembros de ACNUR sobre el terreno describieron la situación general en la región como «desesperada» e hicieron un nuevo llamamiento para el envío de ayuda humanitaria, ya que esa zona de Etiopía no tiene los recursos necesarios para asimilar este éxodo.

ACNUR y el gobierno etíope respondieron con la provisión de nuevas raciones de comida para alimentar a estas personas durante el periodo de un mes, pero advirtieron de que las condiciones de alojamiento y de asistencia sanitaria son igualmente dramáticas.

«La falta de refugio y de ayuda sanitaria, la escasa higiene y la sobrepoblación podrían derivar en diarreas severas, sarampión y tosferina», advirtió el portavoz de ACNUR.

Con información de Reuters

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