Este miércoles en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) aterrizó el vuelo procedente de Madrid con 14 turistas mexicanos de los 18 que resultaron heridos la semana pasada en Egipto, donde se accidentó el autobús en que viajaban.
Los viajeros, algunos de ellos en sillas de ruedas, fueron recibidos por sus parientes. «Gracias a Dios estoy vivo», aunque «destrozado», dijo José Agustín Vázquez, cuya esposa es una de las cuatro víctimas mortales del suceso.
El pasado 31 de mayo el autobús en que viajaban se accidentó a las 15.15 hora local (13.15 GMT) a unos 45 kilómetros del popular monasterio de Santa Catalina, en una zona llamada Wadi Suad, en la carretera entre las poblaciones de Nuweiba y Sharm el Sheij.
El autobús volcó, varios de los ocupantes quedaron atrapados y fueron ayudados a salir por otras personas que viajaban por la misma carretera.
El vehículo quedó envuelto en llamas, cuatro mexicanos fallecieron y los sobrevivientes fueron atendidos en centros médicos de la zona.
Otra de las personas que regresaron a México fue María Elba Torres, quien contó que el trance que pasaron «no fue agradable» y recordó que viajaron a Egipto «en peregrinación, no en paseo».
Anahí Guadalupe Espina, familiar de otro de los recién llegados, agradeció al Gobierno de México y al personal diplomático que atendió a las víctimas por no haberlas abandonado.
«Es un accidente lamentable, pero nunca había pasado», añadió Espina, quien hizo extensivo su agradecimiento al resto de viajeros y al guía del grupo, Mauricio Guízar.
Con información de EFE
