TIJUANA BLUES

El regalo Incómodo

Marga Britto

En diciembre de 2007, en un esfuerzo conjunto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México, y la Embajada de la República Islámica de Irán en México, se monta la exposición: PERSIA: FRAGMENTOS DEL PARAISO.

Esta impresionante muestra se instala en el Centro Cultural de Tijuana, de Diciembre de 2007 a Marzo de 2008, siendo una de las más completas muestras exhibidas a nivel mundial sobre el desarrollo cultural de Irán.

En fin, un evento importantísimo que ameritó la visita a nuestra ciudad del embajador de esta República Islámica, Mohammad Hassan Ghadiri Abyaneh.

Aquí abro un paréntesis para comentar que:

El centro cultural de Tijuana, es una joya de la que debemos sentirnos orgullosos todos los tijuanenses, empezando por su Cine Imax, mejor conocido cariñosamente como “La Bola” (por su forma circular) fue una de las primeras salas de este tipo en el mundo.
Y aunque ha tenido sus buenas y malas rachas, pues según la época ha dependido de distintos organismos federales (actualmente de Conaculta), así que su desempeño se encuentra sujeto en gran medida a la disposición de fondos federales, al compromiso y creatividad de la persona que lo dirige, quien en muchos casos ha sido designado por “dedazo” y no tanto por su capacidad como promotor cultural.
En el 2008 se realizaron importantes obras de remodelación, anexando el área conocida como El Cubo, y honestamente da mucho gusto ver este Coloso de arquitectura moderna y bastión cultural en nuestra ciudad.

Volviendo a la visita a Tijuana del embajador de la República Islámica de Irán:

Por supuesto el Alcalde en turno (Suplente ya que el titular se encontraba de licencia y en importante campaña política en esas fechas), organizó una Ceremonia para darle la bienvenida al H. Embajador, al que asistieron “notables” del gobierno municipal y otros “colados”.

Cuenta la leyenda que el “Alcalde Sustituto”, tenía un regalo para el VIP de nuestra ciudad, queriéndolo impresionar obviamente con el producto regional de mayor prestigio: Vinos de la Baja California.

“Ring, Ring, Ring Sr. Alcalde…lo está visitando el Embajador de la República ISLAMICA de Irán…”

Por supuesto el Very Important Iraní se negó a aceptar el obsequio que con tanto orgullo le entregaba nuestra más alta autoridad local, en nombre de todos los tijuanenses.

Dando mayor evidencia de su profunda falta de tacto y llamémosle traspiés temporal, cuestionó al visitante sobre su “sorpresiva” negativa a aceptar el regalo magnifique .

–Soy Musulmán (otra vez Riiiing Riiiing).

Respuesta contundente y suficiente para cualquiera con un mínimo de prudencia. Pero no para el Alcalde Relevo, quien, dicen, insistió en que el Embajador debía probar “nuestros deliciosos vinos”.

Esta vez la negativa fue rotunda y final.

Uno esperaría como ciudadano, en una situación similar, por lo menos ser representado con gracia y dignamente. Uno esperaría por parte de la persona que ocupa un alto cargo de gobierno, quien además es respaldado por cierta reputación como empresario y encima cuenta con un título universitario, que tenga un determinado grado de cultura general.

Especialmente desde el 11 de Septiembre de 2001, en que el Islam se ha puesto en los reflectores desde todos los ángulos, no es que nos sea desconocido el término y mucho menos que no lo podamos relacionar con una forma de vida distinta a la nuestra.

A lo que voy es que desde esa fecha tenemos información sin precedentes sobre el Islam, y no hace falta ser erudito ni hundir la nariz en el Corán, para conocer aquellas idiosincrasias y costumbres que le son particulares, al menos de oídas, como: No Juegos (Apuestas) y no Alcohol, entre otras. Un mínimo de curiosidad personal basta para enterarnos de qué se trata.

Eso a título personal, pero ya en el contexto de una Ceremonia Oficial, ahí la cosa se deteriora, y se torna en otro ejemplo del ensimismamiento de las autoridades y el grado de ignorancia que son capaces de mostrar en público y en privado.

Al Alcalde de Repuesto, le sobraban colaboradores que pudieron al menos pasar un “acordeón” con recomendaciones que incluyeran en el primer renglón: Islam=No alcohol. Y no creo que estoy pidiendo demasiado, ya que por mero protocolo sus ayudantes debieron darle hasta el último detalle del visitante y el país por él representado, para evitar un encuentro desafortunado, o una escena ridícula como la que se dio en este caso.

El Alcalde Sustituto, se pasó de “casual”, rompiendo con las reglas protocolarias, así como con la mínima etiqueta, pues cuando uno recibe invitados en su casa, como mínimo debemos preocuparnos por conocer de antemano qué les gusta comer y beber.

Bueno, debo decir, en beneficio del Alcalde Sustituto, que por lo menos no invitó al Embajador a apostar en las Carreras de Galgos. ¿O Sí?

 

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