TAREA PÚBLICA

SUCESIÓN DEMOCRÁTICA ¿ Por qué desmerece Amlo en Colima ?
POR: CARLOS OROZCO GALEANA

Por el número de aspirantes, unos reales, otros inflados, apuntados a sustituir a Ignacio Peralta, deduzco que hay la gran oportunidad de elegir en libertad y democráticamente a quien debe sucederlo. Jamás había habido en la historia de Colima la animosidad de hoy ante la posibilidad de la alternancia en el poder ( se considera que el Pri está débil y que es ahora o nunca cuando puede dejar el poder ), mas nadie sabe en que culminará ese ejercicio, impulso principal en una sociedad practicante de la democracia. Puede pasar de todo.

Pero antes, los partidos deberán sacudirse la tentación de usar malas prácticas, unificar sus fuerzas y darle cohesión y finura a sus propósitos. Tienen que respetar a la sociedad, que los observa con lupa grande. Una advertencia: ya no se admiten trampas, estamos maduros y experimentados los colimenses como para que nos den gato por libre y se simulen contiendas internas con dados cargados. Los candidatos deben luchar en piso parejo. El partido que caiga en esa excitación, será cogido con las manos en la masa y sus candidatos serán rechazados en las urnas por simular la democracia.

La democracia es una construcción colectiva, no admite subterfugios, la aparición de liderazgos maltrechos y moralmente inaceptables. Es resultado de la suma de voluntades para dotar a una sociedad de los mejores instrumentos jurídicos que permitan dilucidar su destino con bases de justicia. Todo esfuerzo de las instituciones para lograr ese cometido, ha de ser protegido y alentado. Y los actores políticos, han de conducirse con estricto apego a las normas de competencia para que la confianza sea una realidad y simiente de aspiraciones colectivas.

Colima está en una etapa venturosa, puede elegir en libertad a quienes desean que los gobierne. Cierto, el menú no es al gusto de la mayoría, pero lo que hay a la vista, si se escoge bien, puede resultar si no muy agradable, al menos no tan decepcionante.

Escrito eso, es hora de preguntarnos cómo andamos en Colima respecto a tales quehaceres. Preguntarnos si tenemos la actitud y la aptitud para realizar la tarea democrática con rangos aceptables de eficacia y eficiencia, saber si tenemos la capacidad racional para discernir sobre lo conveniente y sobre lo que puede ser una amenaza para la estabilidad y la felicidad de los colimenses. Salen muy costosas las equivocaciones.

A simple vista, pareciera que la alternancia en el poder estatal es cosa de pocos meses para que aparezca. Que la mesa está servida para los morenos. Pero sucede que su máximo jefe, el presidente Amlo, presenta un decaimiento en la aceptación que llama al análisis y puede arrastrar a la baja a sus correligionarios. Al menos en Colima va en picada y algo tienen que ver en esto los suyos. Recién pasadas las elecciones, el tabasqueño andaba con un 70 o más por ciento de predilección en Colima, pero hoy, según Consulta Mitofski, que le sigue la pista semana tras semana, alcanza apenas un 40 por ciento. Esa pérdida, seguro que impactará a los candidatos del 2021. NO habrá ola Amlo y cada aspirante dependerá de la calidad de su mensaje. Y de sus antecedentes. . .

Un dato que llama la atención es el rechazo de los duros de Morena, agrupados bajo los comités estatales, que rechazan a candidatos con señalamientos de corrupción o por nexos con el Pri ( Caso Nayarit), como también en Nuevo León, donde está apuntada la expriísta Clara Luz Flores, rechazada también. En San Luis Potosí, se cayó la candidatura de Ricardo Gallardo por antecedentes delictivos. Qué pasará en Colima si Amlo quiere poner candidato o candidata pero el consejo estatal rechaza por alguna razón su determinación ? ¿ Obedecerán al presidente o se plegarán a sus designios?

Es en este punto donde la cuestión se enrarece para Morena pues sus candidatos del 2018, convertidos en alcaldes, diputados y senadores, han dejado mucho que desear y devinieron en drama en algunos casos. Por ejemplo, sus diputados no se bajaron el sueldo, cobraron emolumentos extras en lo oscurito y no gestionaron la solución de los problemas con el ahínco que pelearon los presupuestos del Congreso para beneficiarse de paso ellos mismos.

Fue visible la avidez que varios arrastraban, no les importó exhibirse en su calidad de sujetos taimados de cuello blanco. Por lo demás, pocos se acuerdan quiénes son los diputados federales y los senadores. Otra causa de rechazo hacia Amlo podría ser el temor ciudadano a que se aplique en Colima la agenda del gobierno federal de ganar su partido la gubernatura.

Tan solo el antecedente citado en primer término, en el párrafo anterior, daña a Morena. Porque, se preguntará el lector ¿Qué pasaría si se hace con el poder y resulta que el aparato gubernamental estaría manejado por quienes no han rendido buenas cuentas en el manejo de recursos públicos, dinero de todos ? Qué pasaría si sus diputados elegidos resultan peores que los actuales y continúan siendo serviles al Ejecutivo, prestos siempre a cumplirle todos sus gustos?

Ahora bien, alguien puede explicar qué pasó con el desplome de Amlo aquí en tan solo dos años?¿ Cuál fue la causa? Influyó en ese decaimiento el pleito con el gobernador Ignacio Peralta? O los colimenses tomaron partido contra él por el recorte en el gasto federal ?¿ O simplemente, la población reprobó a sus representantes ?
En los opuestos, y en el imaginario colectivo, podría haber quizás el temor de que, si gana Morena la gubernatura, se replicará aquí de inmediato la agenda Amlo dado el compromiso y lo obediente que son sus partidarios, faltos de consideración en algunas de las cosas que plantean.

Pero no adelantemos vísperas y preparémonos a participar con responsabilidad en esta etapa de auscultación de los procesos partidistas, respecto a los cuales concedo el beneficio de la duda en su pretensión de seleccionar a sus mejores cartas. Los partidos no pueden hacerse el harakiri e imponer a su militancia y a la sociedad candidatos reciclados, con antecedentes pésimos y lesivos en el corto plazo, a candidatos sin sustento moral, incapaces y producto de arreglos de las élites del poder. Los candidatos impuestos, sean del partido que sean, se llevarán un chasco en las elecciones si pretenden erigirse por encima de las preferencias de los ciudadanos. Sobre aviso no hay engaño.