MANZANILLO.- Los problemas de congestionamientos viales que se han agudizado en días recientes en Manzanillo, se derivan en gran parte a los retrasos de los procesos de desalojo de mercancías en el recinto fiscal, lo que además propicia pérdidas económicas incuantificables y afectaciones serias a la ciudadanía, admitieron empresarios afiliados a la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanas (CONATRAM) en Colima.

Al respecto Anayanci Mayorga, integrante de esta cámara, lamentó que el problema lejos de resolverse se agrave día con día, señalando que los transportistas están dispuestos a contribuir lo que a ellos competa, para que la problemática termine a la mayor brevedad posible.

Sobre esto mismo admitió que no es nada sencillo resolver un tema que involucra la movilización de miles de toneladas de cargamento, en uno de los principales puertos de Latinoamérica, pero que también subrayó que con voluntad y compromiso de las partes involucradas, se puede procurar que los conflictos sean una excepción y no algo diario, como se ha visto en días recientes.

«Porque es un asunto que nos atañe no solo por ser Transportistas, también somos ciudadanos, vivimos en esta ciudad y nos hemos quedado atrapados en el tráfico, por eso entendemos la gravedad del caso».

Gerardo Maldonado estimó que cada tractocamión atrapado en los embotellamientos, puede significar una pérdida de hasta 2 mil 500 pesos por día.

«Hablamos de que son cientos de tractocamiones que han quedado atrapados en los embotellamientos estos días recientes… la verdad es que no sé cuanto se pierda por el tráfico de los demás vehículos, pero asumiendo esto último los daños son incuantificables».

Sobre esto mismo identificó factores como tardanzas en la atención de cargamentos en las terminales dentro del puerto, la falta de coordinación entre estos y autoridades, el creciente flujo de mercancías, alternativas viales reducidas y falta de espacios para almacenamiento de carga, algunas de las causas que han agravado la problemática en mención.

Ahí mismo Luis Alberto Melgoza consideró que apenas 1 de cada 10 tractocamiones cumple exitosamente en una jornada su objetivo de transportar su cargamento hacia y desde el puerto interior, mientras que el resto suele sufrir retrasos de todo tipo.

Opinó que la falta de un patio regulador, como antaño tuvo la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) en la carretera a Jalipa, ha ocasionado los cuellos de botella que luego derivan en el denso tráfico de miles de automotores.

«En lo personal creo que debe ser prioritario recuperarlo, ese espacio es vital para tratar de almacenar con mayor desahogo el flujo interminable de contenedores».

Los entrevistados opinaron que un carguero debiera tardar en promedio, como término ideal, entre 2 o 3 horas para cumplir con su tarea de introducción o desalojo de carga en el puerto.

En estos 10 días recientes el periodo de espera de las unidades ha sido de entre 8 a 10 horas.

«También tendríamos que mencionar la afectación del factor humano, nuestros operadores pasan horas y horas sentados dentro de su unidad esperando, eso es inhumano, es dañino para su salud… así que ello también debe contar en esta idea de mejorar las cosas».

De acuerdo a datos de las autoridades, el promedio de tráileres que circulan en la ciudad con fines mercantiles es de hasta 4 mil unidades, aunque en días de temporada alta suele haber hasta 6 mil cargueros desplazándose en carreteras locales.

De acuerdo a afiliados a CONATRAM y a la Unión de Transportistas de Carga (UTCM) Manzanillo, desde el pasado lunes 23 de enero hasta ayer jueves 2 de febrero se registraron embotellamientos a diario.

El conflicto no solo se presentó en el Libramiento Tapeixtles y la carretera a Jalipa, que son los principales accesos al puerto interior, sino que en algunas de estas jornadas alcanzó zonas del Libramiento El Naranjo, el Boulevard Costero Miguel de la Madrid, avenida Manzanillo, entre otras.

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