En el norte de la provincia china de Gansu se pronostican más lluvias este viernes, mientras que la cifra de muertos ya incrementó a 1,556 personas y otras 588 siguen desaparecidas, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
Los residentes locales temen que la cifra mortal pueda crecer aún más.
Casi una semana después de que los aludes comenzaron a afectar el norte del país, está presente la amenaza de otro gran deslave porque el aguacero ha sido constante, afectando las labores de rescate.
El pasado fin de semana, la ladera de una montaña se desprendió durante la noche y sepultó parte del condado Zhouqu: dejó casas debajo de kilos de tierra. Los deslaves provocaron el cierre de caminos al cubrir las vías con piedras y barro, equivalentes a tres y cuatro pisos.
Las autoridades locales sanitarias advierten que la propagación de enfermedades es otro riesgo para la salud pública en el condado por la falta de agua en los centros de salud, informó Xinhua.
Un funcionario del ministerio de salud dijo a la agencia china que las altas temperaturas pueden provocar la pudrición de los cadáveres y de los animales muertos que aún siguen enterrados.
Aunque se han excavado pozos para garantizar el abastecimiento de agua, el ministerio aún no ha podido esterilizarla.