TAREA PUBLICA
Por: Carlos OROZCO GALEANA
La crisis del coronavirus agudizó el problema de la falta de medicamentos en el país, el cual se tratará de resolver con la nueva reforma que faculta al Ejecutivo a adquirirlos en el exterior en todo tiempo, haya o no haya una pandemia como la que padecemos hoy.
Gran debate se armó con esta modificación legal que permite ya al Ejecutivo federal adquirir medicamentos a precios inferiores a los que paga a los laboratorios mexicanos sin el sobre precio de hasta 200 por ciento más que se pagaba antes porque supuestamente los proveedores no sabían cuando les pagarían y no querían perder. Por lo pronto, inflaban los precios y repartían moches a funcionarios por doquier a nivel central y en los estados. Bien medida el agua a los camotes, Amlo dijo: hasta aquí, señores.
En efecto, con la idea de romper el monopolio de compras del sector público al mercado farmacéutico nacional, la Cámara de Diputados aprobó recién una reforma a la Ley de Adquisiciones para autorizar al gobierno traer medicamentos o contratar servicios de salud, sin licitación pública, con organismos intergubernamentales. Aún más, el Gobierno de México creó una distribuidora de medicinas del Estado, con el fin de que todos los pueblos tengan acceso seguro a medicamentos.
“Votamos en favor de que México tenga acceso a la vacuna contra el Covid-19 lo más pronto posible. Con estas modificaciones legales, el Estado mexicano debe formarse en la fila internacional para conseguirla”, dijo Enrique Ochoa Reza (PRI), quien consideró necesario actualizar los protocolos de vacunación a fin de aplicarla primero a trabajadores del sector salud, así como a personas en condiciones de vulnerabilidad médica, con la finalidad de que toda la población esté inmunizada en 2021.
Se trata de un cambio muy importante que evitará monopolios de laboratorios que no desaprovechan cuanta ocasión tienen para encarecer y ocultar fármacos vitales para la salud de los mexicanos. Les importa el dinero, no la vida de las personas ni el servicio.
La consecuencia es que enfermos de todo el país, principalmente mujeres y niños, han sido las principales víctimas del desabasto de medicamentos que comenzó hace dos años y se recrudeció hace unos meses hasta provocar que los pacientes y sus familias, cansados del trato que reciben de las instituciones de salubridad, salieran a la calles para exigir atención médica que les ayude a afrontar sus padecimientos. Tales escenas conmovieron al país. Cientos de testimonios de los pacientes menores de edad y de sus padres se hicieron públicos y evidenciaron la realidad que viven al interior de las instituciones médicas por la falta de fármacos y la atención irregular que reciben. Lo que más originó protestas fue la falta de medicamentos para
Al respecto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que la falta de medicamentos se debe a varios factores: personas de hospital que presionan para que se conserven contratos monopólicos con empresas que dan los medicamentos y la falta del químico a nivel mundial. Esto es, claramente, una forma de corrupción, negocio de gobernadores y otros funcionarios cómplices para ser más claros. Los moches, van para ellos. O iban. “Si no te mochas, no hay contratos, no te compro, le compro a otros”( (laboratorios ) es el modus operandi de farmacéuticas y gobernantes.
Los mexicanos tenemos que apoyar la lucha contra la corrupción del presidente López Obrador. Si no es ahora, nunca lo será, como dijo recientemente. Yo digo que nunca es tarde para purificar las instituciones, que deben estar al servicio de los mexicanos y no de los grupos poderosos que tanto han sangrado al país con sus corruptelas y ambiciones.
A la salida del cargo de los gobernadores, la 4T tiene que esculcarles los bolsillos. Los traerán llenos de dinero producto de tantas comisiones por obra pública realizada, por tantos moches. Así hará historia. Y así, haciendo la justicia contra los corruptos, le entregará la banca presidencial a uno de los suyos.
