SOLIDARIDAD DE URGENCIA

TAREA PUBLICA

Por: CARLOS OROZCO GALEANA

Durante la pandemia en nuestro país y Colima en lo particular, se está viendo quien es quien, quien tiene sensibilidad y quien se queda a ver la corrida de toros en las gradas sin riesgo alguno de verse frente al toro denominado coronavirus.

Son tiempos en que la generosidad ha de desbordarse, que relumbre el espíritu de servicio de todos. Impacta hasta las lágrimas el gran corazón de muchos ciudadanos que entregan a los necesitados apoyos diversos sin pedir nada a cambio, como el voto en elecciones, y que incluso muestran mucha tristeza y claman porque la situación se supere. La pandemia nos ha revelado a personas, a profesionales de gran corazón que luchan en los hospitales atendiendo y sanando enfermos poniendo en riesgo la vida propia y la suerte de sus familias.

Pero hay insolentes, aquellos que aprovechan esa crisis para llevar agua a su molino tratando de capitalizar a favor la hambruna y el sufrimiento que se vive en muchas partes. Y peores son los que se exhiben publicitariamente en plena desgracia llamando la atención para sacar raja política regalando apoyos en especie que los contribuyentes, indirectamente, hacen llegar a las arcas públicas con sus impuestos. Esos que no se miden en su ignominia, en su salud (política) lo hallarán después.

Pero siendo el ambiente tan agobiante hay, sin embargo, servidores públicos y dirigentes políticos que están muy ocupados en ver la forma en que generan apoyos para los que menos tienen. Cito solo a cuatro que se han distinguido en ello: Virgilio Mendoza, dirigente estatal del Partido Verde, Oscar Avalos Verdugo, aspirante del Pri a algo, el alcalde capitalino Leoncio Morán y Griselda Martínez, alcaldesa de Manzanillo.

Virgilio ha andado por innumerables colonias obsequiando despensas y otros artículos que benefician de inmediato a personas necesitadas, sin hacer mucho énfasis, por cierto, en publicitar sus acciones, distinguiéndose como un político que no quiere lucrar a costa de la gente. Hasta de peso ha bajado por andar en los cerros de Manzanillo. El tecomense Oscar Avalos, por su parte, ha repartido de sol a sol productos agrícolas que refuerzan la dieta familiar. Leoncio Morán le ha pegado duro últimamente a las tareas y se ha convertido en un operario más contra la pandemia, además de su organizador principal en el municipio. Y Griselda Martínez ha tenido, por su parte, una participación muy activa mostrando su sensibilidad de gente de izquierda.

Entre otras acciones, el ayuntamiento manzanillense organizó cocinas comunitarias a donde acude diariamente gente que se quedó sin trabajo y tiene grandes dificultades para subsistir ( unas 3,500). Hay familias enteras en el puerto que sufren por no tener lo básico, por lo cual habría que intentar una acción gubernamental de fondo para apoyar no solo a las familias porteñas sino a las del resto del estado.

Sin quererlo, Griselda da asesoría gratuita, la pauta de hacer algo más importante y plantea al gobernador que active un seguro de desempleo al menos mientras dure la crisis de salud. Ella dice que la gente se acerca para solicitarle apoyos diversos, pero un presupuesto municipal, ya se sabe, es raquítico y no da para sostener una erogación continua para miles de personas. Recomienda aprovechar los recursos de los programas de capacitación laboral y operar un seguro de desempleo financiado con recursos provenientes del impuesto sobre nómina, lo cual podría combinarse con una nueva direccionalidad presupuestal.

Se estaría apelando, desde la óptica de la alcaldesa, a hacer un esfuerzo presupuestal, a una política financiera solidaria por parte del gobierno estatal que resolvería dificultades actuales. Hay el antecedente del gobierno de la Ciudad de México, que ofrece un seguro de desempleo al que pueden acceder personas que se hayan quedado sin trabajo ante la crisis por coronavirus. Mediante éste, los beneficiarios reciben un apoyo mensual de 2 mil 641 pesos hasta por medio año. El programa está dirigido a personas asalariadas que residen allí y que han perdido su empleo en el sector formal de manera involuntaria. ¿ Por qué no podría replicarse en Colima ?

Es deseable hacer a un lado las ideologías entre personajes que representan al poder y son de distinto partido. Urge el apoyo inmediato a los colimenses dañados en su economía, corresponde a los diferentes órdenes de gobierno ofrecer soluciones. Estamos en una etapa muy difícil en la que debe aparecer la mano bienhechora del Estado para que la pandemia cause el menor daño posible y hacer posible el humanismo en la acción pública.

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