SOCIALIZANDO DATOS / Comprender para ayudar

Por: Balvanero Balderrama García

En agosto pasado, escribía en esta columna, sobre el hecho de ser joven, en el contexto del Día Internacional de la Juventud: sobre el bono demográfico, empleo, entre otros temas, para concluir indicando que la juventud es la etapa de las definiciones.

Y que ser joven es noticia, generalmente buena noticia. El mundo por delante, salud, opciones, dinamismo, tiempo…

No siempre es así; no, al menos, para una buena parte de esa franja etaria de la vida; transitoria, como todas ellas.

Cuestiones relacionadas con el abandono escolar –a mayor nivel, se incrementa el porcentaje-, la falta de oportunidades en el campo laboral, la pobreza, violencia –familiar y social-, por señalar algunas de ellas, acompañan a una buena parte de jóvenes en su trayecto de vida, convirtiéndose, sin quererlo, algunas de estas situaciones en proyecto de vida.

Este día, se dedica, internacionalmente, a la prevención del suicidio. Matarse a sí mismo, es una definición. Truncar, acabar, finiquitar. No estamos en la sintonía de condenar, el hecho o a quienes toman esa decisión, sino en el entender para prevenir, para atender la problemática.

Cifras a este respecto, además de reveladoras, deberían llamar a la acción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió que a nivel global hay un suicidio cada 40 segundos, constituyéndose en la segunda causa de muerte para las personas entre 15 y 29 años de edad. Presente en todos los países, las estadísticas señalan que quienes más se suicidan son los varones, con excepción de China.

En nuestro país, el INEGI difundió estadísticas sobre esta problemática. Para el 2017, se registró una tasa de 5.2 suicidios por cada 100 mil habitantes. Este tiene una mayor tasa entre las personas de 20 a 24 años, 9.3, por género, entre los hombres de esta edad la tasa se eleva a 15.1 por cada 100 mil habitantes. En sintonía con el acontecer mundial, entre las y los jóvenes entre 15 y 29 años, en nuestro país, el suicidio constituye la segunda causa de muerte.

Se hace énfasis en la prevención. Es posible, y necesario, detectar y atender personas con intenciones suicidas. Éstas envían señales, hay que aprender a leerlas. Es un problema de salud pública, y como tal se debe enfrentar.

Señala la OMS en su micrositio sobre el tema: “…para que las respuestas nacionales sean eficaces, se necesita una estrategia integral multisectorial de prevención”. Lo anterior implica el involucramiento de instituciones, de las personas, de todas y todos.

En tema aparte, me congratulo con el Doctorado Honoris Causa que entregará la Universidad de Colima a María Marcela Lagarde y de los Ríos, y a Rolando Cordera Campos.

balvanero@gmail.com