Si los gobiernos no adoptan medidas urgentes para fomentar la actividad física entre sus poblaciones, unos 500 millones de personas padecerán enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes u otras enfermedades no transmisibles atribuibles a la inactividad física entre 2020 y 2030, lo que supondrá un coste de 27 mil millones de dólares anuales.

Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud con datos de 194 países muestra lentos progresos y que los países deben acelerar el desarrollo y la aplicación de políticas para aumentar los niveles de actividad física y, de este modo, prevenir enfermedades y reducir la carga de los sistemas sanitarios, ya sobrecargados.

El director general de la Organización destacó la necesidad que más países incrementen la puesta en práctica de políticas que ayuden a las personas a aumentar la actividad física, ya sea caminando o practicando cualquier tipo de deporte.

“Los beneficios son enormes, no solo para la salud física y mental de las personas, sino también para las sociedades, los entornos y las economías», afirmó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.