A dos meses de la tragedia en Haití, la ayuda que reciben los damnificados no cubre las necesidades mínimas de casi la mitad de la población de los desplazados a un millar de campamentos.
De acuerdo con organizaciones humanitarias españolas que laboran en las zonas afectadas en Puerto Príncipe, a pesar de sus esfuerzos, la mayoría de los campos de damnificados por el terremoto continúan siendo un caos, sin que todavía exista una coordinación eficaz en la distribución de la ayuda, que se efectúa de modo muy desigual.
Asimismo, más de un millón de personas depende de la ayuda humanitaria internacional para sobrevivir, con el débil Estado haitiano paralizado y la administración sepultada bajo los escombros de Puerto Príncipe.
A falta de censos, las Naciones Unidas cifran en un millón 300 mil los damnificados que se hacinan en 900 campamentos. De éstos tan solo el 41% –es decir, 525 mil personas– recibe una asistencia suficiente para sobrevivir en condiciones mínimamente aceptables.
Además las primeras lluvias han evidenciado la precariedad de los albergues improvisados y la situación será dramática en verano, cuando comience la temporada de huracanes.
