Para inaugurar el II Seminario de Investigación sobre Rusia “Antonio Dueñas Pulido” y el XX Seminario Anual de Investigación sobre la Cuenca del Pacífico, que coordina la Universidad de Colima a través del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico (CUEICP), se realizó la conferencia virtual “Rusia y China en el nuevo orden mundial ¿cooperación o competencia?”, dictada por Dra. Antonina Ivanova Boncheva.

Durante su ponencia, la investigadora definió los intereses comunes que potencian el vínculo estratégico entre Rusia y China, y analizó los principales puntos de conflicto de interés en las regiones de Asia Central y Oriente próximo, además de hacer una valoración de la posibilidad de que su asociación estratégica de coordinación global se convierta en una alianza.

Mencionó que, aunque el mayor interés común de Rusia y China sea “la erosión del poder de EEUU, siendo ambos países potencias revisionistas que pretenden cambiar el statu quo del orden internacional con diferentes estrategias; en Rusia con el uso de la fuerza militar y en China por ahora con tácticas económicas para alcanzar sus objetivos geopolíticos, aunque su poder militar está aumentando, sobre todo en la Cuenca del Pacífico”.

Ivanova Boncheva dijo que, desde el comienzo de la segunda década del presente siglo, Beijing y Moscú han considerado que el orden liberal internacional está acabado y que el nuevo orden “post-occidental” avanza hacia la multipolaridad, por lo que desde entonces existe una mayor cooperación militar y económica entre China y Rusia.

Ambos países, añadió, comparten intereses y están preocupados por el yihadismo que se desplaza desde Afganistán y Oriente próximo hacia Asia Central; “Rusia se centra en el poder duro, la intervención militar y la cooperación antiterrorista; China concentra sus esfuerzos para estabilizar la región con la intervención económica, aunque intenta proyectar su poder militar a través de su participación en la lucha contra la piratería o en la creación de bases militares como la de Yibuti, además de que la penetración económica China en Oriente próximo requiere una estabilidad que se ve desafiada por la asertividad de Rusia”.

Antes de concluir comentó que Moscú y Beijing mantienen una relación asimétrica en la cual China tiene una clara ventaja, que probablemente irá creciendo; “sin embargo, Rusia no cuenta con muchas más opciones para crear vínculos estratégicos y ambos países ganarían más con la cooperación que con la competencia abierta. Su relación futura dependerá principalmente de la relación bilateral que cada uno tenga con Estados Unidos”.