Querétaro.- En mi estancia en la ciudad de Querétaro, joya colonial caracterizada por sus innumerables iglesias que datan del siglo XVII, pude acercarme a uno de los oficios más antiguos y que en Colima está desapareciendo: la sastrería.
Se dice que la sastrería comenzó a tener auge en el siglo XV, cuando la vestimenta ostentosa que utilizaban los hombres de aquella época fue remplazada por prendas menos holgadas y a la medida, como comúnmente se utilizan hoy en día.
La sastrería es un arte que consiste en la elaboración de prendas de vestir masculinas, pero de forma artesanal, es decir, diseñadas y cosidas a mano, de acuerdo con las medidas y preferencias de cada cliente.
‘Sastrería Pepe’ es uno de los negocios ubicados en el centro de la ciudad de Querétaro que aun realiza esta labor: es un lugar lleno de texturas, donde el hilo, tijeras, telas, cintas de medir y máquinas son las protagonistas.
Ahí me recibió Ruben Aguado, un hombre que ha trabajado más de 20 años en este oficio y que asegura estar contento con la labor que disfruta y que es un legado de su padre.
Rubén es la tercera generación dedicándose al arte de la sastrería, y el negocio tiene más de 48 años en la preferencia de sus clientes, por razones obvias, en su mayoría hombres.
Cuando entré al lugar lo primero que escuché fue el sonido de la máquina de coser, lo que me remontó años atrás, a la casa de la abuela, donde había una de esas máquinas, que al ritmo del pedal accionaba rápidamente el ovillo de hilo que giraba con una velocidad que se movía hasta la aguja para al entrar y salir tejer los trazos, pegando el hilo a la tela.
En un oficio como este, Rubén cuenta que tiene que dedicar hasta 12 horas al día elaborando prendas, pero dice que el tiempo es lo de menos, ya que es una actividad que disfruta y cuando menos se lo imagina… el tiempo pasa.
“Más que herencia es algo que me gusta, y consideró que este oficio nunca va a desaparecer porque siempre habrá personas que requieran de mandar hacer ropa a sus medidas o cualquier tipo de arreglo”.
Para el hombre de ‘Sastrería Pepe’ el que este oficio desaparezca, no es algo que les preocupe, pues un sobrino de Rubén forma ya la cuarta generación de sastres en la familia, por lo que pretenden que siga vigentes mientas los hombres sigan prefiriendo usar prendas a la medida.
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