El Vaticano vivió un momento trascendental con la proclamación de Robert Prevost como el nuevo Papa León XIV. Luego de la emblemática fumata blanca, el cardenal designado apareció en el balcón principal de la Basílica de San Pedro, donde fue presentado ante una multitud de fieles que aguardaban con emoción y esperanza.
El cónclave comenzó el 7 de mayo de 2025, con la participación de 133 cardenales electores reunidos en la Capilla Sixtina. La votación para elegir al nuevo líder espiritual se realizó 16 días después del fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido el 21 de abril de 2025.
Trayectoria de León XIV
Robert Francis Prevost Martínez nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos. Hijo de Louis Marius Prevost y Mildred Martínez, posee raíces francesas, italianas y españolas, y creció en un hogar profundamente devoto.
Desde temprana edad, Prevost sintió el llamado religioso. Inició su formación en el Seminario Menor de los Padres Agustinos, egresando en 1973. Más tarde, cursó Matemáticas y Filosofía en la Universidad Villanova y obtuvo una maestría en Divinidad en la Unión Teológica Católica de Chicago.
Fue ordenado sacerdote en 1982 por Jean Jadot, y en 2014 recibió la ordenación episcopal de manos de James Patrick Green. A lo largo de su carrera eclesial, desempeñó múltiples funciones, entre ellas Obispo de Chiclayo, Prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Misión pastoral en Perú
Uno de los capítulos más relevantes en la vida de León XIV fue su labor misionera en Perú, donde permaneció casi 20 años. En 1985, fue destinado a la misión agustiniana en Chulucanas, en el departamento de Piura, desempeñándose como vicario parroquial de la catedral y canciller de la Prelatura Territorial.
Más adelante, en 1988, fue trasladado a Trujillo, donde encabezó el seminario agustiniano y dictó clases de Derecho Canónico en el seminario diocesano. Durante su estancia en Perú, Prevost no solo impulsó la evangelización, sino que también tuvo un rol decisivo en la formación de nuevos sacerdotes y en la administración eclesiástica.
En 2014, el Papa Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, y en 2015 fue nombrado oficialmente obispo de esa jurisdicción, cargo que ocupó hasta 2023. Su estilo de liderazgo fue reconocido por su habilidad para unir distintas culturas y contextos dentro de la Iglesia.