La policía francesa desbloqueó ayer a la fuerza la refinería de Grandpuits, a las afueras de París, una de las mayores del país y que había sido paralizada hace diez días por los huelguistas que protestan contra la reforma de las pensiones. Agentes del cuerpo de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) de la policía nacional llegaron de madrugada a la planta y los trabajadores formaron una barrera para impedir que entraran. A primera hora de la mañana, esa barrera fue traspasada a la fuerza por las fuerzas de la policía (foto izda.). El desalojo ha causado tres heridos, según el líder sindical de la petrolera Total, Charles Foulard, quien denunció que la acción policial significa “la supresión del derecho a la huelga” por parte del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. El siguiente paso es permitir que la decenas de petroleros que fondean en aguas del Mediterráneo puedan entrar a la refinería de Marsella.