Socializando Datos
Por Balvanero BALDERRAMA GARCÍA balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Desde la imperfección buscamos la perfección.
Nos ilusiona y nos deslumbran esas posibilidades: el cuerpo perfecto, el trabajo perfecto, la pareja perfecta, la familia perfecta, la vida perfecta.
Nada más alejado de la realidad, dado que el mismo ser humano es un proceso constante y continuo. No acabado, sino en construcción.
Sin embargo, esto vende y vende bien.
En esas añoranzas, la mercadotecnia nos ofrece todo y rápido. Desde los productos “milagro”, que curan todo tipo de males, moldean todo tipo de cuerpos, solucionan todo tipo de problema; pero esos que tienen que ver con lo exterior, difícilmente en el abanico de opciones encontramos “paz para el alma”, equilibrio de nuestro ser con el entorno. Esto requiere esfuerzo, dedicación, compromiso, trabajo, constancia, comunidad y las cosas deben ser rápidas, inmediatas… para mí.
Ante esa paradoja del horizonte siempre lejano y añorado, magistralmente describió Zigmunt Bauman la modernidad líquida.
Hoy en día, es tan común caminar sin ver, escuchar sin atender. Otro gran observador de sus proximidades Marc Augé denominó a los otroras espacios de relación como no—-lugares. Espacios de tránsito sin interacción. Plazas que no son plazas, centros que no son el centro (aunque se digan de todo). La prisa nos carcome, llegar siempre rápido, llegar primero, saberlo antes, comunicarlo antes que inmediatamente, primero que todas y todos.
¿Y las pausas sin prisas? ¿Y el despacio que voy de prisa? ¿Y el disfrutar el trayecto?
Incluso el tiempo parece caminar más de prisa; apenas ayer celebrábamos el año nuevo y en unos días llegamos a la primera mitad de ese ejercicio cíclico (en realidad lineal) que nos convoca ritualmente a repetir eventos: aniversarios, cumpleaños, efemérides… siempre nuevo y por supuesto distinto.
Este mes en particular nos deja con muchas preguntas, al menos para mí. ¿Cuál es el afán de las guerras? ¿Por qué el odio, sus discursos, sus materializaciones? ¿por qué la muerte temprana? ¿Por qué juzgamos tan a la ligera a las demás personas y olvidamos nuestras propias áreas de oportunidad?
En medio de esta vorágine que constituimos más de 8 mil millones de personas en el mundo (Worldmeter,2025) —entre ellos 129.7 millones en México (INEGI,2024)— estas dinámicas de lucha por el poder nos agobian y en ocasiones parece que nos llevan hacia la extinción, me quedo con el sabor del café por la mañana y una copa de vino por la tarde, por el olor que generan las primeras lluvias, con el recuerdo de mi madre, la presencia de mi familia y mis amigas y amigos, con la compañía de mis perritas y perro, entre muchas otras cosas sencillas y añoradas, como leer, escribir, dialogar.