Reflexionan estudiantes sobre deuda social hacia las personas transexuales

Con la finalidad de sumarse a las actividades que se estarán llevando a cabo a nivel nacional en el mes de mayo contra la lesbofobia, homofobia y transfobia, se realizó en el Auditorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima el panel “La deuda social y del Estado. El Derecho negado a las personas trans”, con la participación de los panelistas Manuel Vega Zúñiga, Dann Oliver Sánchez Hernández, Said Abraham Verduzco y Francisco Antar Martínez como moderador.

Además participaron, en representación del rector José Eduardo Hernández Nava, el coordinador académico de la Facultad de Medicina, Francisco Javier Fuentes Moreno; de la Secretaría de Desarrollo Social, Elena González de la Torre, así como la directora del Centro Universitario de Estudios de Género, Ana Azucena Evangelista Salazar.

El ponente Manuel Vega Zúñiga resaltó la importancia de abrir este tipo de foros para estudiantes de Medicina, “que es un sector despolitizado, donde tiene que haber conciencia social y no solamente el estudio técnico de la práctica médica”.

Vega Zúñiga reconoció la lucha social que ha impulsado la comunidad LGBTI para el reconocimiento de sus derechos; “en el caso de la comunidad trans, el diagnóstico situacional no es alentador porque es el sector más vulnerado”, afirmó.

Las personas trans, añadió, sufren agresiones por diferentes flancos, desde el mismo movimiento LGBTI y desde el Estado: “No eres vulnerable porque eres mujer, porque eres trans o indígena; a ti te vulnera un sistema misógino, homofóbico y racista”, enfatizó.

Recordó que entre 2008 y 2016 se registraron 247 transfeminicidios en el país, y añadió que hubo otros que no se consideraron “porque sólo alrededor de un 10 por ciento se denuncian, y únicamente el uno por ciento de los que se denuncian llega a sentencia”.

Evidenció que México ocupa el segundo lugar en Latinoamérica, después de Brasil, con mayor índice de crímenes de odio hacia las personas trans, y que lo más devastador, dijo, “es que el 80 por ciento de las personas transexuales en América Latina mueren antes de los 35 años”.

Por su parte, Dann Oliver Sánchez Hernández, quien se calificó como hombre trans médico, ponderó que “las personas trans están en resistencia porque pelean y no se van a detener”.

Dijo que “a las personas trans las están matando, pero también se están suicidando, se están automedicando grandes cantidades de hormonas que los pueden llevar a paros respiratorios o a destrozarse el hígado”. Sánchez Hernández preguntó: “¿Dónde estaban parados los médicos para no querer trabajar, para no querer sensibilizarse?”

Además, mencionó que es difícil llevar un seguimiento médico debido a la negligencia de este sector hacia las personas trans, y que la respuesta a este problema está en la sensibilización.

El ponente puso de ejemplo su propio caso, donde una ginecóloga no lo quiso atender por su apariencia masculina, a pesar de que tiene una vagina y necesita este tipo de atenciones médicas en cuanto a hormonas.

Said Abraham Verduzco, en su turno, habló de su proceso de transición, de los obstáculos a los que se enfrentan las personas trans, los cuales no resultan fáciles de sortear. Desde su experiencia, cuando nació, con base a sus genitales femeninos, le dijeron a su madre que había tenido una hija; “es decir, tener una vagina es ser mujer y eso sería una negación a mi derecho, a mi condición como mujer transexual”.

Recordó que desde el kínder le gustaba una niña, quería quedar bien con ella, sin imaginar que conforme iba creciendo sentía que algo no estaba bien, le incomodaban las faldas, los vestidos, las muñecas; prefería los carritos, los aviones, los caballos, y jugar futbol.

En su adolescencia, se le cuestionaba por qué no tenía novio, por qué no se ponía faldas o vestidos, que solamente usaba en eventos importantes, como en su fiesta de quince años.

Dijo que desde los 14 años le dio a conocer a su familia esta situación, haciéndoles ver sus comportamientos y la difícil historia de género que le aquejaba. La ayuda profesional psicológica, añadió, fue de gran apoyo para conseguir la aceptación familiar, lo que le hizo sentirse liberado y por fin salir del clóset. Reconoció que su historia es diferente porque tuvo el respaldo de su familia, pero no es la historia de muchas otras personas trans.

A través de actividades como este panel, la Universidad de Colima busca fomentar entre su alumnado el respeto y salvaguarda de los derechos a la igualdad y no discriminación por motivos de orientación o identidad sexual. BP