¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ
Las comparecencias de funcionarios estatales ante la Cámara de Diputados pierden su verdadero sentido, que es la rendición de cuentas.
La mayoría se concentra en las loas que van y vienen en boca propia. Cifras y frases que se cargan de un optimismo casi psicodélico.
Por nada consiguen que me sienta mal por mi pertinaz preocupación por lo que observo en la realidad, frente a la cantidad de felicidad que han repartido entre la gente; sobre todo, hay que decirlo, los funcionarios emanados de Morena.
Ya desde el mensaje de la presidenta de la República veníamos transitando en esta especie de espejismo venido de ácidos. Todo bien en salud, cifras alegrísimas respecto al “control” de la inseguridad, números impresionantes en lo económico. Nada de qué preocuparse.
Nada le hace la inflación, la baja inversión privada, la desaceleración de varios de los sectores económicos, los asesinatos cotidianos que se dan a cualquier nivel, el necio desabasto de medicamentos (que ahora pasaron de querer solucionarlo con una megafarmacia a un mini carretón), el decremento de patrones registrados en el IMSS, los actos de terrorismo.
Y en lo local, repitiendo el mantra de la felicidad hasta hoy conseguida.
Una realidad paralela que me hace pensar en los multiversos, esas realidades alternas que cohabitan en el mismo universo.
Y para ponerle una cereza al pastel, la siempre sonriente secretaria de Bienestar, Inclusión Social y Mujeres del Gobierno de Colima, seguramente parafraseando a Luis XVI de Francia, se autodetermina con aquello de: “El Bienestar soy yo”. Vaya PROVOCACIÓN.
MICROCUENTO
Evitemos mucho el bla, bla, bla cuando sea tóxico; no permitamos que el exceso de glu, glu, glu se salga de las manos y mejor concentrémonos en procurar el ja, ja, ja que provoca un buen bla, bla, bla bañado en un funcional glu, glu, glu. ¡Que inicien las festividades!



















