«Creemos que los dos tienen el mismo tono: son prisioneros de guerra», afirmó el periodista colombiano Luis Ernesto Almario, exiliado en Australia desde hace unos treinta años y miembro del Comité Internacional de Solidaridad con Joaquín Pérez.
Almario dijo en una entrevista telefónica con la emisora bogotana La W Radio que la iniciativa de intercambio de Pérez por Langlois se discutió durante una reunión que mantuvo dicho comité en Australia.
«Queremos plantear un cambio de prisioneros de guerra», subrayó Almario, quien colabora con la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol) y Radio Café Stereo, ambas con sede en Estocolmo.
Según Almario, Pérez «es el típico prisionero de guerra» del Gobierno de Colombia, al que entregaron hace un año las autoridades venezolanas tras ser detenido en el aeropuerto de Maiquetía, de Caracas, cuando aterrizó en un vuelo procedente de la capital sueca.
La detención se produjo el 23 de abril de 2011 en respuesta a una circular roja emitida por la Interpol a solicitud de Colombia, país en el que afronta un proceso por rebelión basado en su presunta relación con las FARC.
El proceso contra Pérez «no ha sido adelantado», advirtió Almario, para defender que ni él ni el director de Anncol pertenecen a las FARC.
En cuanto a Langlois, corresponsal de la cadena de televisión France 24 y el diario Le Figaro, Almario consideró que, al igual que Pérez, también se trata de un «prisionero de guerra».
El periodista galo cayó en poder del Frente 15 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el pasado 28 de abril en la zona rural de Montañita, localidad del departamento del Caquetá (sur), a donde se había desplazado con un contingente militar y policial para documentar una operación antidroga y se vio en medio de combates.
Las FARC han informado en los últimos días que tienen al francés como «prisionero de guerra», mientras que en un comunicado conocido ayer, lunes, las FARC condicionaron la liberación a un debate sobre el papel de la prensa en el conflicto armado interno.
El periodista Almario, quien partió al exilio tras ser procesado en Colombia en un consejo de guerra por supuestos nexos con las FARC, se adhirió a la exigencia insurgente.
Además del intercambio de Pérez por Langlois, «queremos plantear (…) un debate sobre qué es el periodismo en Colombia y por qué tenemos que salir al exilio», expresó Almario.
Con información de EFE
