ProPaz brinda nuevas oportunidades de vida: beneficiados

Colima.- El gobernador del estado, Mario Anguiano Moreno se reunió con beneficiarios y familiares del Plan de Trabajo Adicciones y Pandillas como parte del Programa Prioritario de Gobierno (PPG) ProPaz como un esfuerzo del gobierno en materia de prevención de la violencia y la delincuencia.

En el Auditorio del Poder Judicial del Estado de Colima, jóvenes hombres y mujeres así como madres y padres de familia fueron testigos de la amplia labor que se lleva a cabo en este programa social que ha beneficiado a cientos de familias de los municipios de Colima, Tecomán y Manzanillo.

Dentro de los seis grandes ejes que atiende este PPG se encuentra el de Adicciones y pandillas, del cual desde el 2013 a la fecha se han invertido más de 56 millones de pesos y se han rehabilitado a 630 jóvenes colimenses.

La trabajadora social y promotora del programa, Celia Mireya Cervantes Godínez, quien reside en el municipio de Tecomán, relató que cuando fue invitada a participar quedó encantada con el programa y de inmediato ingresó al equipo de Desintoxicación, que es donde se identifican los casos de chicos y chicas en consumo.

“Es una labor muy pesada en cuanto a que hay que identificar y abordar, y una vez de haber dado el abordaje es el sensibilizar a los jóvenes en donde muchos de ellos ni siquiera te dan la oportunidad de que los abordes, entonces realmente se trabaja muy duro ahí en la parte de la sensibilización”.

Detalló que la parte de Sensibilización consiste en apoyar y ofrecer a los jóvenes lo que es la beca de internamiento, que es el objetivo por el cual se acercan a ellos, y una vez que lo aceptan las y los promotores tienen el doble trabajo de estar al pendiente del joven en cuanto a su recuperación y sus necesidades y al mismo tiempo estar al pendiente de la familia y de cuál es la dinámica familiar.

Luego de esto se les da acompañamiento en el Taller de Prevención de Recaídas -indicó Mireya Cervantes- el cual se le brinda tanto a los familiares como a los beneficiarios pero por parte separadas y reside en darles acompañamiento a los jóvenes una vez egresados del centro.

“La prueba más grande es de la puerta del Centro para afuera, que es donde vienen las tentaciones, los amigos están esperándolos, entonces la familia está súper preparada con ese taller que se les da para en cuanto salgan sepan cómo recibirlos, no estarlos atosigando, no tenerlos ahí presos sino ver la manera de cómo ellos pueden estar captando la atención para distraer esta parte y sobre todo que estén los chavos ocupados”.

Por otra parte, Mireya Cervantes precisó que los resultados del programa han sido bastante buenos y tan sólo en Tecomán están muy orgullosos de estos ya que la mayoría de los jóvenes están incorporados a un trabajo laboral y como 3 ó 4 ya están encausados en lo que es la parte estudiantil, además de que hay otros que están en proceso de espera para entrar al nuevo ciclo escolar.

En este contexto entra Jonathan Miguel Lares Ortega, un joven que ha sido un caso de éxito del programa ProPaz en el plan de trabajo de Adicciones y Pandillas, pues luego de pasar por tiempos difíciles en el mundo de las drogas, actualmente trabaja y puede presumir que está a punto de continuar con sus estudios.

“Lo que me ha pasado en la vida ha sido algo muy fuerte, extremadamente fatal se podría decir y hoy con esta implementación del programa que dio el Gobernador, este apoyo la verdad que ha sido un gran cambio, una gran oportunidad de salir adelante, ha sido algo que he tomado mucho en cuenta y lo he sabido responsabilizar a mi persona”, señaló.

Expresó que ahora que ha tomado las riendas de su vida y ha tomado la decisión de “ser nueva persona”, ya no tiene miedo de arrimarse a la sociedad y de mirarla a los ojos como un hombre nuevo.

Contó que en sus días de adicto a la heroína andaba con pandillas y cometía irresponsabilidades, situación que él tomaba como un juego que de repente se transformó en desilusión y desánimo.

Era tanto el acercamiento a la droga -contó Jonathan- que de verdad le influyó a dejar mis estudios, dejar su hogar y acercarse más a robar, a quitarle el dinero a las personas indefensas, que no tenían la culpa; dijo que se le fue haciendo un hábito para mantener su vicio.

Sin embargo, comentó que hoy le apena el saber que no supo utilizar cuatro años de su vida, en los cuales no disfrutó a su familia pero hoy “cada minuto, cada hora para mí es una gran satisfacción por Dios y por esa gran oportunidad que me han brindado de unirme otra vez a la sociedad”.

Jonathan Miguel expresó que en este tenor el programa le ha ayudado bastante para impulsarse a lo positivo y a restablecer su vida, así como a fortalecerse mentalmente y reinsertarse como persona para poder estar otra vez delante de la sociedad sin el temor del qué dirán.

“Ellos me han dado un gran apoyo tanto psicológico como familiar que han reanimado mi autoestima, mi alegría en el hogar, me han dado una gran fuerza y me han empujado bastante para aportar yo de mi propia voluntad y dirigirme a lo que quiero y a lo que voy, estoy a punto de estudiar y es algo que me satisface mucho porque para mí ya estaba todo perdido y no importaba nada, pero hoy retomo mis estudios y me llena eso de mucha satisfacción y alegría”, concluyó. BP

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