Ginebra.- Es posible que se produzca nuevamente un episodio débil de La Niña a finales de 2021, por segundo año consecutivo, con el riesgo de que las configuraciones de precipitaciones previstas exacerben las sequías actuales en algunas partes del mundo e incrementen el riesgo de fuertes lluvias e inundaciones en otras.

Sin embargo, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a pesar del efecto de enfriamiento que ejerce el fenómeno de La Niña, se prevé que las temperaturas en zonas terrestres serán superiores a la media durante el período comprendido entre septiembre y noviembre, especialmente en el hemisferio norte.

La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas de la superficie oceánica en las zonas central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, a saber, los vientos, la presión y las precipitaciones. Por lo general, tiene efectos en el tiempo y el clima contrarios a los de El Niño, que es la fase cálida del fenómeno denominado “El Niño-Oscilación del Sur (ENOS)”.

No obstante, todos los fenómenos climáticos de origen natural ahora se producen en el contexto del cambio climático antropógeno, que provoca la subida de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos extremos y altera las configuraciones de las precipitaciones estacionales.

“El cambio climático antropógeno acrecienta los efectos de los fenómenos de origen natural, como La Niña, e incide cada vez más en las condiciones meteorológicas, en particular mediante una mayor intensidad del calor y las sequías (y el riesgo conexo de incendios forestales), así como los diluvios y las inundaciones sin precedentes”, afirmó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

“Esto ha sucedido en los últimos meses en casi todas las regiones del mundo, con efectos devastadores y trágicos. El cambio climático está acentuando la gravedad y la frecuencia de los desastres”, agregó.

“La mejora de las alertas tempranas y la gestión de los riesgos de desastre nos permite ser más eficaces para salvar vidas; sin embargo, los efectos socioeconómicos y humanitarios están aumentando vertiginosamente a través de una mayor inseguridad alimentaria, nuevos desplazamientos y migraciones y posibles disturbios”, explicó el profesor Taalas.

Medidas preventivas

El profesor Taalas hizo mención a la Reunión Humanitaria de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Acción Anticipada, que se celebró el 9 de septiembre, dijo que el objetivo de la reunión es abogar por un esfuerzo colectivo encaminado a prever las crisis meteorológicas y climáticas y adoptar medidas de manera anticipada, en lugar de responder cuando es demasiado tarde. Los marcos de acción anticipada han sido precursores en la creación de mecanismos preestablecidos de financiación para desastres, que se activan sobre la base de la información de las predicciones meteorológicas y climáticas.

En esta reunión se dieron a conocer ejemplos contundentes de este enfoque de medidas preventivas y se generarán señales de apoyo para ampliar la escala de la acción.

La OMM está ampliando su capacidad para brindar un apoyo adaptado al sector humanitario. Este esfuerzo incluye el respaldo para facilitar el acceso a los datos, servicios y conocimientos especializados más adecuados de la comunidad de la OMM, con miras a mejorar la creación, el diseño y el funcionamiento de los desencadenantes de predicciones meteorológicas y climáticas.

Las predicciones estacionales optimizadas son fundamentales en este sentido porque ayudan a planificar con anticipación y a obtener beneficios socioeconómicos considerables en sectores sensibles al clima, como la agricultura, la seguridad alimentaria, la salud y la reducción de riesgos de desastre. Actualmente, una red de foros regionales sobre la evolución probable del clima que se extiende por todo el mundo proporciona información climática de aplicación práctica para la siguiente estación; esta información se basa en los datos aportados por los centros mundiales y regionales de producción y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales.

Las proyecciones sobre El Niño/La Niña sustentan estas predicciones estacionales.

En el boletín El Niño/La Niña Hoy más reciente de la OMM se contemplan dos posibles escenarios: o bien se mantienen unas condiciones neutras con respecto al ENOS, o bien vuelven a instaurarse unas condiciones compatibles con La Niña hacia finales de año. Para el período de septiembre a noviembre, la probabilidad de que se produzcan unas condiciones neutras del ENOS es del 60 %, y la probabilidad de que se instaure un episodio de La Niña es del 40 %; para los períodos de octubre a diciembre y de noviembre a enero, las probabilidades de que se mantengan las condiciones neutras del ENOS y de que se forme un episodio de La Niña son las mismas. De acuerdo con las proyecciones sobre El Niño/La Niña, es probable que en 2022 vuelvan a darse unas condiciones neutras en cuanto al ENOS.

Temperatura del aire en superficie, septiembre-octubre-noviembre

A pesar de que se pronostica que volverá a instaurarse un episodio débil de La Niña, se prevé que las temperaturas de la superficie del mar superiores a la media en muchas partes del mundo influirán en las temperaturas del aire durante el período comprendido entre septiembre y noviembre de 2021.

De acuerdo con las predicciones, las anomalías positivas de la temperatura del aire en zonas terrestres serán más fuertes en el hemisferio norte, excepto en el subcontinente indio.

Según se desprende del Boletín sobre el clima estacional mundial, se prevé que las temperaturas estarán, en su mayoría, por encima de la media en la zona central y oriental de América del Norte, el extremo norte de Asia y el Ártico, así como en las zonas central y oriental de África y la parte meridional de América del Sur.

Precipitaciones, septiembre-octubre-noviembre

Se prevén las anomalías de precipitación características de un episodio de La Niña. Hay mayores probabilidades de que se registren precipitaciones inferiores a lo normal en muchas zonas de América del Sur al sur del paralelo 30° S, y anomalías de precipitación superiores a lo normal al norte. También es probable que las precipitaciones sean inferiores a lo habitual en gran parte de la costa mediterránea hasta la península arábiga y Asia central, así como en las zonas meridionales de África central y oriental.

Entre las regiones con una probabilidad levemente mayor de que se observen precipitaciones superiores a lo normal se encuentran el subcontinente indio, Australia y Asia Oriental y Suroriental. Por otra parte, se prevé una mayor probabilidad de que se registren precipitaciones superiores a lo habitual en las zonas más septentrionales de Asia, en América del Sur al norte del paralelo 15° S y desde las zonas ecuatoriales del archipiélago de Indonesia hacia el suroeste del Pacífico y hasta el noreste de Nueva Zelandia.

Existen mayores probabilidades de que se observen condiciones inusualmente secas cerca y al oeste de la línea internacional de cambio de fecha y en partes del Pacifico Sur, así como condiciones inusualmente húmedas en el oeste y el suroeste del Pacífico. En el Caribe, existen indicios entre moderados y fuertes de precipitaciones inferiores a lo normal, y una franja en sentido este-oeste de precipitaciones superiores a lo habitual inmediatamente al sur y justo al norte del ecuador.

Perspectiva regional de acuerdo con el monitoreo y proyecciones

El siguiente análisis se ha elaborado a partir de los resultados presentados en el Boletín sobre el clima estacional mundial y de la labor llevada a cabo por los Foros Regionales sobre la Evolución Probable del Clima y los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM.

Condiciones climáticas en África Oriental: período de octubre a diciembre más seco de lo habitual

Las observaciones de precipitaciones durante los últimos meses indican que las condiciones más secas prevalecen en muchas zonas del centro y el sur de África Oriental, y se prevé que esta situación se mantendrá sin cambios hasta diciembre de 2021, según datos del Centro de Predicción y de Aplicaciones Climáticas de la IGAD (ICPAC). En particular, en Tanzanía, Burundi, Rwanda, Kenya, el sur, el centro y el noroeste de Somalia, el sur y el sureste de Etiopía, y la costa del mar Rojo del norte de Eritrea.