El boicot que han declarado contra Arizona organizaciones hispanas, algunas empresas y hasta ciudades de Estados Unidos en rechazo a la nueva ley de inmigración de ese estado del sur estadounidense, se estaría empezando a sentir, aseguró en conversación con BBC Mundo, Phillip Gordon, alcalde de Phoenix, la capital estatal.
Gordon es el funcionario público de más alto perfil que se ha enfrentado a la ley adoptada por la legislatura para regular la inmigración y que, según sus críticos, autoriza el uso de perfiles raciales para detectar indocumentados.
El alcalde, quien carece del apoyo del Consejo de la ciudad en sus esfuerzos, considera que la ley es inconstitucional, aunque reconoce que «hay un problema» cuya única solución pasa por un reforma integral del sistema migratorio estadounidense.