Pediatras se oponen a suspensiones y expulsiones escolares

EU.- Un grupo representativo de pediatras asegura que disciplinar a los alumnos con la suspensión o la expulsión de la escuela es contraproducente para los objetivos escolares y destacaron que sanciones como esta sólo deberían aplicarse caso por caso.

La declaración formal de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés) recomienda que los pediatras se familiaricen con las políticas de los distritos escolares locales y promuevan la prevención y las estrategias alternativas.

«El efecto adverso de la suspensión y la expulsión escolar es profundo en el alumno», escriben los especialistas en “Pediatrics”.

«Los datos sugieren que los alumnos dentro del sistema de justicia juvenil son más propensos a haber sido expulsados o suspendidos. Además, los que padecen ese tipo de medidas son 10 veces más propensos que el resto a terminar abandonando el secundario».

Cathy Cowan, directora de comunicaciones de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares, con sede en Bethesda, Maryland, dijo que su organización respalda la declaración de la AAP. «A veces, (la suspensión y la expulsión) son absolutamente necesarias, pero no mejoran la conducta», aclaró Cowan.

La AAP sostiene que los estudiantes castigados con suspensión y expulsión quedarían sin supervisión durante el día y empezarían a tener conductas más inapropiadas. Agrega que las medidas disciplinarias escolares no reparan problemas subyacentes, como el consumo de drogas, la tensión étnica, la

violencia y el acoso.

Además de los costos que debe afrontar el distrito escolar con las audiencias disciplinarias y los servicios para esos alumnos, los pediatras destacan el costo social. «Un estudiante que abandona el colegio secundario ganará 400 mil dólares menos en su vida que un graduado secundario y pagará 60 mil dólares menos en impuestos», escriben.

Para prevenir las suspensiones y las expulsiones, los pediatras sugieren desarrollar intervenciones tempranas en edad preescolar, identificar precozmente a los niños con problemas escolares y elaborar códigos de conducta claros.

En especial, recomiendan aplicar un Programa de Intervención y Apoyo de las Conductas Positivas como una herramienta preventiva y alternativa para enseñar las conductas adecuadas en la escuela y resolver problemas grupales e individuales entre los alumnos.

La AAP insta a los pediatras a pesquisar los problemas de conducta en la niñez temprana, estar comunicados con la enfermera o el consejero escolar, participar en el abordaje de ciertos estudiantes y recibir una compensación adecuada por esa

participación.

Cowan opinó que habría que felicitar a la AAP por esta declaración. «Los pediatras son una voz muy importante en estas cuestiones porque los padres confían en ellos y son los que atienden a los niños».

Con información de Reuters

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