Oculta Ayuntamiento chino carretera para que no la vieran los satélites

Un gobierno local en el centro de China tapó una carretera que había construido mediante expropiaciones ilegales con plástico, tierra y hasta vegetales para simular un falso cultivo, con el fin de ocultarla de las imágenes de satélite que estudia el Gobierno central, reveló la agencia oficial Xinhua.

El gran engaño ocurrió en el distrito de Xiangzhou de la provincia de Hubei, donde el gobierno local había recibido órdenes de Pekín de destruir una carretera ilegal, tras las protestas de los campesinos locales por considerar que no habían sido suficientemente indemnizados.

En lugar de acatar tales órdenes, los líderes locales decidieron camuflarla de los satélites (los que habían revelado su existencia a las autoridades centrales) con masivas colocaciones de plásticos, tierra y verduras que dieran el pego.

Al parecer, con este ardid el gobierno local pretendía ocultar la carretera al menos durante unos meses, los que calculaba que necesitaría para lograr el permiso oficial que la legalizara, y ahorrarse el proceso de destrucción y posterior reconstrucción de la vía.

Los campesinos locales, sin embargo, denunciaron nuevamente esta táctica a medios y autoridades nacionales, precisamente cuando el país ha ordenado una campaña contra las expropiaciones ilegales, ya que son el principal foco de protestas sociales en China.

Finalmente, el subdirector de la oficina del gobierno del distrito, Miao Feng, reconoció a Xinhua el engaño, y aseguró que con todo esperan que la carretera sea aprobada en 2012, ya que, defiende, es necesaria para el desarrollo económico de la zona.

De acuerdo con su colega en el departamento de inversiones, Wang Yong, algunas empresas habían expresado su intención de asentarse en Xiangyang, pero señalaron que la falta de buenas comunicaciones por carretera era un hándicap para sus proyectos.

No es la primera vez que un ayuntamiento chino recurre a medidas tan drásticas para intentar ocultar una irregularidad.

En este sentido el suceso recuerda a otro ocurrido en 2007 en la provincia sureña china de Yunnan, donde las autoridades pintaron de verde la ladera de una montaña que había quedado arrasada por actividades mineras, intentando así ahorrarse los costes de reforestación.

Cada año, decenas de miles de protestas sociales se producen en China, y muchas de ellas se originan por demoliciones forzosas y expropiaciones, muchas ilegales y violentas, en el contexto de un país en rápido desarrollo, donde muchos gobiernos reciben ofertas empresariales para usar tierras de cultivo con otros fines.

Esto, sin embargo, ha producido una escasez de los campos cultivables en un país que ha de dar de comer al 20 por ciento de la población mundial con menos del 15 por ciento de las tierras de cultivo del planeta, favoreciendo fuertes subidas de los alimentos (más del 10 por ciento en 2011 respecto a 2010).

El Consejo de Estado de China (Ejecutivo) ordenó el pasado miércoles una campaña contra las expropiaciones ilegales y las demoliciones forzosas, que incluye especialmente una inspección de los campos de golf del país, ya que en los últimos siete años se han construido 400, y la ley prohibió nuevas instalaciones de este tipo desde 2004.

Con información de EFE

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