Nigeria celebró el sábado su independencia con una ceremonia sencilla pero con todas las precauciones posibles en la villa presidencial —que estaba fuertemente resguardada— debido a una oleada de estallidos y otros atentados de los que se responsabiliza a una secta musulmana radical.
El presidente Goodluck Jonathan así como diplomáticos y dignatarios extranjeros presenciaron un desfile de soldados que marcharon a paso de ganso en la villa presidencial de Aso Rock, que permanece protegida de la vista pública por la montaña homónima en la capital, Abuya.
Eran visibles algunos asientos vacíos así como una notable presencia de agentes de seguridad durante el acto, al que transmitió en vivo la Autoridad de la Televisión Nigeriana, estatal.
En esta nación, la más poblada de Africa y rica en petróleo, las ceremonias solemnes se efectúan de manera tradicional en la Plaza del Aguila, en la capital, un escenario de gran magnitud para la realización de desfiles y que a veces permite a la ciudadanía acercarse a la elite.
Sin embargo, las autoridades trasladaron la realización de la ceremonia a la villa, que es segura, debido a que la secta radical conocida como Boko Haram ha incrementado la comisión de atentados sangrientos en el país.
La nación también afronta otros peligros de seguridad. En 2010, el principal grupo rebelde en el delta sur, donde se extrae petróleo, se atribuyó el estallido de dos coches bomba afuera de la capital en la celebración del Día de la Independencia con resultado de al menos 12 muertos y decenas de heridos.
«Nada puede quebrantar el espíritu nigeriano», expresó Jonathan en un discurso difundido el sábado en la mañana por radio y televisión al país, el cual tiene 150 millones de habitantes.
Con información de AP
