Necro política, un concepto que duele

Detrás del telón
Por: César APONTE 

Ah, la política mexicana, ese interminable manantial de astucia maquiavélica. Si hay algo que hemos asimilado con el paso de los años es que, en México, la muerte no marca el final, sino más bien el inicio de un emocionante episodio estilo Juego de Tronos, donde el poder es el verdadero tesoro esperando a ser reclamado.

Estimado lector, en esta ocasión vamos a explorar un concepto que quizás te hará torcer la cara entre el dolor y el desgarramiento de la incredulidad, un concepto que tal vez no estés familiarizado, pero que has estado experimentando en silencio. Prepárate para sumergirte en el emocionante mundillo de la «necro política», donde la muerte, la apatía y el cinismo se convierten en las jugadas del ajedrez político.

En esencia, la necro política es como ese amigo indiferente que mira la muerte desde su trono de poder, usando este macabro recurso como una herramienta para manipular y controlar. Desde el resultado del crimen organizado hasta la sublime gestión de crisis humanitarias, pasando por la artística explotación de la pobreza y la marginación, y por supuesto, la violencia sistémica hacia las minorías; todo se combina para crear un panorama político donde el bueno en realidad es el malo y el malo merece un aplauso de maldad. ¿Increíblemente extraño, verdad?

Ahora que tienes esta perspicaz noción en mente, es un paseo por el parque ver cómo la necro política se ha convertido en la estrella principal de las tragedias más recientes. Desde la administración desastrosa e indolente de ciertos gobiernos durante la pandemia hasta la manera en que ciertas crisis humanitarias y desastres naturales son explotadas para el bienestar político, somos los afortunados espectadores de cómo nuestros queridos líderes políticos han evolucionado para convertirse en directores de una película donde la muerte es toda la producción.

Y hablemos de películas, ese espejo mágico que refleja todos nuestros más profundos y retorcidos deseos. ¿Recuerdas «El Infierno»? Esa pieza del cine que nos dio una lección cruda sobre cómo el crimen organizado y la política pueden ser tan íntimos como los amantes más ardientes. Porque, sinceramente, ¿qué es el poder si no lo puedes compartir con tu pandilla criminal de confianza? Además, la historia está llena de políticos que creen que son protagonistas de su propia versión de «El Padrino». ¡Aplausos por esa innovación sin límites!

Lamentablemente, esta es una realidad que eclipsa la ficción. Sin demasiado esfuerzo, podemos observar cómo las vidas humanas son reducidas a peones en esta intrigante danza de poder maquiavélico. En lugar de mostrar responsabilidad y empatía, algunos políticos optan por desviar la atención, adornar la realidad y minimizar las tragedias. Y mientras tanto, los ciudadanos quedan atrapados en la red que desestima sus sufrimientos.

Por lo tanto, queridos lectores, mientras seguimos siendo testigos de cómo la necro política continúa su desfile sombrío a lo largo del tiempo, recordemos las lecciones aprendidas de casos como el de las muertas de Juárez; Está en nuestras manos exponer estas tácticas y demandar responsabilidad de aquellos que manipulan y explotan la vida y la muerte con fines políticos.

Finalmente, comprender este concepto nos recuerda cruentamente la fragilidad de nuestra sociedad y la responsabilidad que todos compartimos como ciudadanos. Es un recordatorio urgente para alzar la voz contra la despiadada instrumentalización de la vida y la muerte para obtener ganancias políticas.

Siendo así querido lector, que me despido esperándole hasta la próxima entrega, donde discutiremos cómo darle la vuelta a la realidad con la sutileza de un elefante en una tienda de porcelana.