Militares, los dos imputados por el homicidio del párroco de Janamuato

Marcos Morales / Michoacán.- Militares que estaban de “francos” (de descanso), son los dos imputados por el homicidio de quien fuera el párroco de Janamuato, José Alfredo López Guillén, así lo confirmaron fuentes allegadas al gobierno. En una rueda de prensa, el procurador de Michoacán, José Martín Godoy Castro, confirmó las detenciones y el esclarecimiento del asunto.

Detalló que ya se cumplimentaron las órdenes de aprehensión en contra de los indiciados: Vicente y Francisco. Añadió que éstos fueron ingresados al penal de Zamora.

“El 19 de septiembre por la noche -los arrestados- estuvieron conviviendo en la casa del religioso, se registró una discusión, Vicente y Francisco sometieron al padre, a quien maniataron con ropa y lo envolvieron con una cobija», dijo el abogado del ente gubernamental.

“Lo subieron en un vehículo Jetta, de color blanco, propiedad de la víctima, el auto fue sacado de la casa parroquial, así como una camioneta Chevrolet Tornado (de la que también el cura era dueño). Los inculpados se apoderaron de varios objetos de valor y los subieron en las dos unidades automotrices, cada uno manejó uno de los vehículos y se retiraron hacia Zináparo”.

Asimismo, Godoy Castro agregó que en el predio Las Guayabas -a un costado de la carretera Panindícuaro-Zináparo- bajaron al padre y lo mataron a balazos.

«El cuerpo tenía cuatro heridas. Tras los hechos los sujetos subieron a la camioneta y enfilaron hacia Zacapu, pero en Villa Jiménez durante las primeras horas del martes, a la unidad Tornado se le poncharon las llantas y el chofer fue con un policía y le solicitó que le permitiera dejar la camioneta en el estacionamiento».

“Luego se dirigió al Jetta con su cómplice y siguieron su tránsito rumbo a Zacapu, sin embargo en Santa Fe de la Laguna se accidentaron y ahí abandonaron el coche. Es de mencionar que la desaparición del padre fue denunciada el miércoles 21 de septiembre y su cuerpo fue hallado el sábado 24 del mismo mes”.

El funcionario narró que durante el trabajo de investigación fueron ubicados los dos automotores del sacerdote, y al continuar con las indagatorias, se supo la identidad de los ahora detenidos y se solicitó al Juez de Control la orden de aprehensión respectiva, misma que cumplimentada durante las primeras horas del lunes anterior.

Agregó que a los imputados les aseguraron un teléfono celular propiedad del padre, mismo que fue entregado a la Fiscalía Regional de Justicia para su procesamiento. Ahora será el Juez de Control el que defina su situación legal.

El procurador recalcó que “los hechos no fueron por secuestro, no fue delincuencia organizada, se trató de un asunto de convivencia”.