Estados Unidos.- Al menos 7 mil trabajadores de la salud han muerto en el mundo por COVID-19, de las cuales mil 320 pertenecen a México, siendo ésta la cifra más alta para un solo país, informó un nuevo análisis de Amnistía Internacional.

En segundo lugar se encuentra Estados Unidos con mil 77 personas trabajadoras de la salud fallecidas y Brasil en tercero con 634. Sudáfrica con 240 e India con 573 muertes de personal médico, se integran a la lista con tasas de infección se han disparado en los últimos meses.

Estas cifras coinciden con las cifras generales de muertes en el mundo, donde Estados Unidos se coloca en primer lugar, Brasil en segundo y México en cuarto.

Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, consideró que el hecho de que más de 7 mil personas murieran intentando cuidar a otros del COVID-19 habla de una crisis en escala asombrosa.

“Tras muchos meses de pandemia, las personas trabajadoras de la salud siguen muriendo a un ritmo espantoso en países como México, Brasil y Estados Unidos, mientras que la rápida propagación de las infecciones en Sudáfrica y la India demuestra la necesidad de que todos los Estados tomen medidas.”

Por su parte, The Lancet, publicó un artículo donde menciona que las muertes por COVID en el personal médico se deben a la precariedad del entorno laboral, destacando la falta de Equipo de Protección Personal (EPP), exceso de horas de trabajo y falta de insumos en los centros de trabajo.

The Lancet hace un informe denominado “Entendiendo las muertes de trabajadores de salud mexicanos por COVID-19”, donde recopila información de la Organización Panamericana de la Salud, la Secretaría de Salud Federal y entrevistas con personal médico del país.

Del 28 de febrero al 23 de agosto, en México 97 mil 632 trabajadores de la salud mexicanos se infectaron de COVID, según datos de la OPS. Una encuesta de la Organización reveló que casi la mitad de los trabajadores de salud mexicanos no recibieron EPP en el trabajo.

Desde que se registró el primer caso de COVID-19 en México, personal de salud de diversas partes del país se ha manifestado denunciando la escases de insumos y pruebas para hacer frente a la pandemia. En otras regiones, el gobierno ha aplicado medidas contundentes para frenar los contagios y evitar la saturación de hospitales.

El informe de Amnistía señala a mil 320 trabajadores de la salud mexicanos muertos por COVID-19, no obstante, José Luis Alomía, director de Epidemiología puso la cifra en mil 410, de los cuales casi la mitad eran médicos.

Alomía dijo a la prensa que la tasa de mortalidad del personal de salud era de 3.8 por ciento, menor a la de la población en general; no obstante, Brenda Crabtree Ramírez, médica e investigadora de enfermedades infecciosas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutricionales Salvador Zubirán, aclaró que los trabajadores de la salud en México se infectan en tasas mucho más altas que sus contrapartes de otros países.

“Se ha informado que las personas encargadas de la limpieza en los hospitales de México son especialmente vulnerables a la infección. Muchas de ellas están subcontratadas, lo que significa que tienen menos protección”, señaló Amnistía Internacional.

The Lancet también apuntó que “los trabajadores de la salud, las enfermeras y los investigadores ofrecieron diversas explicaciones sobre las cifras de México, pero a menudo se mencionan las condiciones laborales.”

Por otro lado, destacó que muchos médicos en México tienen múltiples trabajos, a menudo en instituciones públicas, más consultorios privados, lo que incrementa los problemas de estrés y cansancio.

Finalmente, lo único que Amnistía Internacional reconoce en las autoridades de salud mexicanas es el registro detallado de muertes en personal de salud, con edad, género y profesión.

“Esta transparencia es esencial y todos los países deberían poner a disposición este tipo de detalles; también puede servir para explicar las inquietantes cifras de México en relación con otros países.”

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