Debido a su estratégica ubicación geográfica, México no solo es uno de los países más megadiversos del mundo, sino también uno de los puntos clave del planeta para que muchas de las especies emblemáticas del mundo lleguen a cumplir con sus ciclos de reproducción o para refugiarse durante el cambio de las estaciones.

Por ello, en muchas de sus playas es posible ver a los gigantes de los mares, que año con año acuden al llamado de la naturaleza para continuar con el ciclo de la vida o para hacer base durante sus recorridos migratorios. Por esta razón, turistas de diferentes partes del mundo acuden a disfrutar del espectáculo natural de su llegada a tierras mexicanas.

Ballena Azul

El coloso más impresionante de nuestros tiempos, la ballena azul (Balaenoptera musculus), tiene una gran afinidad por los mares mexicanos, pues cada año se desplaza desde los gélidos mares de Alaska para llegar a las aguas del Parque Nacional Bahía de Loreto, en Baja California Sur.

El gentil gigante de hasta 27 metros de largo y 120 toneladas, aprovecha las condiciones climáticas del Mar de Cortés, entre enero y marzo, para reproducirse y tener sus crías. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha elaborado el “Manual para la observación pasiva de la ballena azul y otros cetáceos en el Golfo de California” para garantizar su seguridad y permitirnos disfrutar de su presencia de manera responsable.

Ballena Gris

No menos imponente es también la ballena gris (Eschrichtius robustus), la cual, al igual que su primo mayor, llega de los mares de Alaska a los santuarios de Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre-Guerrero Negro en Baja California, en la denominada Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, para tener una cita con la naturaleza y preservar su ciclo de vida.

Aunque de menor tamaño, con hasta 15 metros de largo y 30 toneladas, este cetáceo casi llegó al borde de la extinción debido a que fue intensamente cazada desde mediados del siglo XIX y hasta principios del XX. Por fortuna, su captura se detuvo a partir de 1870 debido a la disminución de su población y a la reducción de la demanda de su aceite.

Ballena Jorobada

Desde luego no podía faltar la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), la cual se destaca entre los otros cetáceos por el canto de sus machos, los cuales emiten cantos por varias horas en intervalos de entre 10 y 30 minutos, con frases bien definidas que se dividen en unidades-frases-temas-canción, como las nuestras.

Además, son reconocidas como las ballenas más acrobáticas del mundo. Su tamaño puede llegar a ser de 14 metros de largo, aunque se diferencian de sus otros familiares por tener dorsos negros, vientres grises y unas hermosas aletas pectorales largas que alcanzan hasta un tercio de su tamaño. Y aunque se les encuentra en casi todos los océanos del mundo, uno de sus lugares favoritos de reproducción es Los Cabos, Baja California Sur, y Bahía de Banderas, Nayarit.

Tiburón Ballena

Considerado el “pez más grande del planeta”, el tiburón ballena (Rhincodon typus) suele disfrutar del verano en las cálidas aguas de ambos litorales mexicanos, en los mares caribeños cerca de Holbox e Isla Mujeres, y en Baja California, donde su enorme figura de hasta 12 metros de longitud suele apreciarse particular entre mayo y septiembre.

Al igual que la ballena gris, este gigante es considerado como una especie marina cosmopolita, ya que se le suele encontrar en todos los océanos del planeta, aunque debido a que su hábitat son las aguas cálidas del planeta, México suele ser afortunado con su presencia. De ahí que sea uno de los atractivos con que cuenta el país y que ha sido motivo para el desarrollo de un Plan de Manejo para garantizar su conservación y aprovechamiento no extractivo.

Tiburón Blanco

Temido y mal comprendido por muchos debido a las películas, el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es otro de los majestuosos gigantes del mar que suele visitar nuestro país, siendo Isla Guadalupe uno de los cuatro principales lugares del mundo en donde se congregan, por lo que hoy dicho sitio es aprovechado para el buceo con jaula a fin de apreciar a este escualo que visita tierras mexicanas de julio a diciembre.

Debido a que muchos de estos ejemplares son capturados incidentalmente por las pesquerías de Baja California, se ha desarrollado una estrategia integral de conservación del tiburón blanco en aguas mexicanas, que permita incrementar el conocimiento de la especie, robustecer las medidas de manejo para su aprovechamiento no extractivo sustentable, así como prevenir y mitigar las posibles amenazas para la especie y su hábitat.

Calamar Gigante de Humboldt

Un personaje más de los mares mexicanos es el calamar gigante de Humboldt (Dosidicus gigas), el cual tiene presencia en toda la costa del Pacífico en el continente americano y cuyo comportamiento migratorio está condicionado por el fenómeno meteorológico de “El Niño”, el cual puede hacer que este molusco busque preferente refugio en el Golfo de California, donde ha sido ampliamente estudiado.

Este peculiar ejemplar marino, que alcanza hasta los siete metros de largo y un peso de 45 kilogramos, habita en bancos conformados hasta por 1,200 individuos y viven apenas un año, por lo que su crecimiento es muy rápido. Se caracterizan, al igual que muchos de sus primos, por cambiar de color para camuflarse en las profundidades de los mares.

Tortuga Laúd

Por ser México santuario y lugar de anidación de seis de las siete especies de tortugas marinas, no podía faltar la presencia del quelonio más grande del mundo, la tortuga Laúd (Dermochelys coriacea), la cual está clasificada por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) “En Peligro Crítico de Extinción”, y por lo mismo considerada también en la NOM-059-SEMARNAT-2001.

Este noble gigante suele arribar a las playas de Michoacán, Guerrero y Oaxaca para anidar cada año de junio a febrero y llega a medir hasta 160 centímetros de largo y pesar hasta 680 kilogramos, por lo que resulta espectacular ver su arribo a las playas para poner sus huevos y luego regresar al mar, aunque también es víctima de los ladrones de huevos, por lo que cada año se llevan a cabo brigadas para garantizar la seguridad de su ciclo reproductivo.

Mantarraya Gigante

Finalmente, en esta lista tenemos a la mantarraya gigante (Mobula birostris), navegantes del Océano Pacífico que, a lo largo de sus 40 años de vida, alcanzan a medir hasta siete metros de punta a punta de sus aletas. Suele visitar frecuentemente las costas de Nayarit o Jalisco y tiene su base en las Islas Revillagigedo, por lo que este se ha convertido en un lugar clave para su conservación.

Al igual que la ballena jorobada, a las mantarrayas gigantes les gusta hacer acrobacias e incluso salta fuera del agua. Se alimentan de plancton y disfrutan de la compañía de otros ejemplares durante su nado, por lo que los buzos suelen aprovechar para nadar a su lado, lo que se convierte en una de las experiencias más inolvidables para quienes tienen la oportunidad de hacer turismo marino.